Antes de que el makeup natural se impusiera como tendencia, el contouring (o la técnica que es capaz de corregir rasgos que no son de tu agrado), tuvo su historia. Esta vez, tomamos partido por uno y te explicamos por qué lo elegimos para cualquier ocasión.
Por: Micaela Cattáneo
Fotos: Arturo González
Modelo: Yolanda Santacruz
Make up: Javier Alvarez
Si buscás en Youtube "tutorial de contouring", encontrarás aproximadamente 766.000 resultados. La idea de marcar facciones que el rostro no tiene, puede sonar un tanto complicada. Pero no lo es. Mientras agregamos al buscador DIY (Do it yourself o hacelo vos misma), te contamos por qué esta técnica revolucionó el mundo de lo "estéticamente correcto".
El cine en blanco y negro fue uno de los primeros en popularizarla, aunque sólo en el ámbito de la industria artística. Como los rostros se veían planos ante las cámaras, el maquillaje recreaba los rasgos voluminosos que la cinta no podía captar de manera natural. "Generalmente el contouring se utiliza para fotografías, ya que a diferencia de un makeup normal -que tiene como finalidad la armonía en el rostro-, este utiliza más cosméticos; lo recarga para definir rasgos", explica Javier Alvarez, maquillador.
El primero en publicar un paso a paso fue el cosmetólogo polaco y especialista en maquillaje de película, Max Factor, quien mostró cómo contornear la cara, según sus formas. Desde la base y el polvo hasta las pestañas postizas, él acercó al público el abuso del repertorio cosmético del séptimo arte.
Entre las actrices que prestaban sus facciones para esta técnica y por quienes se pretendía imitarla, se destacanRita Hayworth, Greta Garbo, Marlene Dietrich, Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor o Janet Jackson (si buscan fotos de cualquiera de ellas, lo entenderán todo).
Pero lo exagerado de este arte estético tiene sus antecedentes; uno de ellos, el maquillaje rococó. Entre 1715 y 1770, Madame de Pompadour y Madame Du Barry, quienes cortejaban a Luis XV, impusieron un estilo galante, acorde a la época. Mejillas sonrojadas, tonos color pastel, labios pintados, cejas y pestañas marcadas con lápices muy finos determinaban la "belleza" en la clase alta.
Años más tarde, el reinado del exceso de maquillaje lo tendría María Antonieta. Ella impuso lo excéntrico de los lunares postizos y los tonos llamativos en el estilismo. Cosa que en el siglo XX no dejó de ser novedad. En los 80, el imperio de lo excéntrico y glamoroso lo tuvo el movimiento New Romantic y, en este, el look lo era todo.
En un artículo de El País se hace mención a una anécdota en torno a este círculo: "En Londres del 79, si no ibas a Blitz, no estabas en la onda. Era un club administrado por el ex músico punk Rusty Egan y su compañero Steve Strange, el portero, quien tenía la particularidad de decir a los que aspiraban entrar: '¿A dónde vas con esa pinta?'. Una noche Mick Jagger quiso entrar y Strange le dijo que ni hablar. Un papparazzi inmortalizó aquel momento".
El retorno más reciente del contouring, en parte, fue gracias a una selfie de Kim Kardashian, donde se la veía con las marcas características de la técnica. Aunque ella merece un punto aparte en cuestiones de moda, sus correcciones cosméticas faciales inspiraron a Shayne Oliver, diseñador de Hood by Air, a mostrar su colección en pasarela con esta particularidad de luces y sombras, pero de manera irónica.
Sin embargo, existe un contouring que sí puede evitar un semblante con "demasiada producción". Sobre este último, Gigi Hadid es una referente. En junio del año pasado, se la vio con un maquillaje supernatural en la alfombra roja de la Met Gala de Nueva York. ¿El secreto? La poca cantidad de base aplicada en el rostro. Cuanto más capas de base se utilice, más exagerado se verá.
"Para entender mejor: el contouring es una técnica claro-oscuro; la función de la primera es corregir, por ejemplo, la comisura de los labios, la nariz o el mentón. Y de la segunda, ocultar. Si una frente es grande, este método la achicará", indica Álvarez.
Hacia una estética fresca
En asuntos de moda, siempre hay un ciclo, una fecha de vencimiento. Y aunque en tiempos de nostalgia, todo vuelve, parece no ser el caso del retocado cosmético. Es por eso que se ha pasado de la estridencia y el exceso de pintura a la mesura, buscando armonizar tonos y colores para buscan construir un rostro donde predomine la naturalidad.
En ese sentido, los rubores y polvos en tonos marrones, así como los labiales nude son los aliados de esta fórmula que no da muchas vueltas. "Cómo conseguir el efecto natural de Emma Watson" o "Emma Watson: ejemplo de maquillaje natural" son algunas de las búsquedas que, de seguro, te vienen a la mente después de leer esto.
Con los tiempos efímeros del mundo contemporáneo, la tendencia se inclina a los perfiles frescos, ligeros, nada abrumadores a la vista. El maquillaje de hoy no trata de enmascarar, cubrir o moldearse a lo que se considera correcto y a lo que no; si no que pretende encontrar un equilibrio de líneas en el rostro y, como bien lo decía Álvarez, "la armonía de todo el conjunto"
 
 
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