Millones de fanáticos del cine en todo el mundo ven la entrega de los Globos de Oro, pero sólo cerca de 90 personas deciden quién gana los codiciados premios y ellas permanecen en las sombras.
La membresía de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA por sus siglas en inglés) es minúscula en comparación con los casi 10.000 integrantes de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, que otorga los Óscar desde 1929.
La HFPA, una organización sin fines de lucro, fue fundada en la década de 1940 por un pequeño grupo de periodistas extranjeros que querían mejorar su acceso a Hollywood y a sus estrellas. Desde unos comienzos bastante modestos, el grupo finalmente comenzó a ejercer algo de influencia en la meca del cine. Y, en parte gracias a los litros de champán de sus galas y a sus trucos publicitarios, ahora organiza una de las fiestas más glamorosas de la temporada de premios de Hollywood.
Por supuesto, no todos los periodistas extranjeros pueden ser parte de la HFPA. Los candidatos deben vivir en el sur de California y haber informado sobre la industria cinematográfica para un medio de comunicación con sede fuera de Estados Unidos durante al menos tres años.
Más importante aún, cada candidato debe ser patrocinado por los menos por dos miembros actuales. Y cualquier miembro activo puede vetar una solicitud. Una vez admitido en la HFPA, el periodista debe, en teoría, producir al año al menos seis artículos o piezas de radio, televisión o internet, para seguir siendo un miembro activo.
La membresía tiene sus privilegios: acceso a conferencias de prensa y proyecciones exclusivas. Los estudios desean asegurarse de que los miembros de la HFPA hayan visto sus películas y programas de televisión, a veces en condiciones bastante lujosas, según algunos involucrados que han hablado sobre el tema bajo condición de anonimato.
La mayoría de los miembros de la HFPA son corresponsales que trabajan regularmente para medios de comunicación de renombre como El País de España, Le Figaro de Francia o Daily Mail del Reino Unido, etc.
Pero la reputación de la asociación perdió algo de brillo cuando se supo en evidencia que unos pocos miembros no trabajaban con tanta frecuencia: uno resultó ser un exfisioculturista ruso que actuó en películas de clase B, otra era la viuda de un actor que escribía a veces para medios de Tahití.Y algunas organizaciones de medios importantes, como el periódico francés Le Monde y The Times de Londres, arremetieron contra la HFPA cuando a sus corresponsales se les negó el ingreso.
Fuente:AFP
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