No se trata de una tendencia sino más bien de un concepto que nos invita a reflexionar sobre cómo influye la ambientación del hogar en nuestro estado de ánimo. La decoterapia incentiva el bienestar, la felicidad y productividad.
Nuestra casa es nuestro refugio, es el lugar donde vivimos los momentos más íntimos y privados, por eso es muy importante crear ambientes placenteros, que nos despierten bienestar, felicidad y nos incentive a la productividad.
Está comprobado que nuestro entorno influye en cómo nos sentimos, producimos e incluso descansamos. Cuando nuestra casa está desordenada, por ejemplo, tendemos a sentirnos ansiosas, estresadas, o nerviosas, por el contrario, cuando ponemos cada cosa en su lugar percibimos una sensación de alivio.
La decoterapia no se trata de un estilo decorativo, está basado en pautas que si se aplican, pueden favorecer nuestro estado anímico, a sentirnos más cómodas, relajadas y felices en casa, pero ¿cómo aplicarlo?
La luz natural es muy importante, cuando el sol entra en nuestros espacios ayuda a la concentración, disminuye los niveles de estrés y ansiedad, favorece el descanso y hace que los ambientes sean más cómodos y positivos.
Si a esta le sumamos los elementos decorativos le estaremos dando más calidez al hogar. La clave está en optar por muebles, cortinas y accesorios en tonalidades claras para dar batalla a la oscuridad y generar sensación de amplitud.
Los colores transmiten emociones, se puede elegir paredes blancas para brindar luminosidad y otros adornos en diferentes matices, por ejemplo: el naranja se vincula con la diversión y la juventud, el verde brinda calma y serenidad, mientras que el azul transmite protección y seguridad.
Los ambientes selváticos están de moda, pero sumar plantas de interior no se trata solo de decorar, estos seres vivos tienen la capacidad de purificar el aire, hacen de barrera visual y auditiva, algunas especies ahuyentan insectos, mejoran la concentración y nos conectan con la naturaleza en su estado más puro.
Los estímulos visuales pueden ser una gran fuente de motivación. Decorar las paredes con cuadros que representen cosas que nos gusten, como los deportes, frases motivadoras, paisajes o incluso fotografías pueden darle un “empujón” a nuestro cerebro para que se active, además de ser recreativo para la vista promueve pensamientos positivos.
Por último, como mencionamos más arriba, es fundamental el orden y la limpieza. Pequeños hábitos como hacer la cama al despertarnos, asear el baño antes de entrar a la ducha o limpiar los rincones de nuestra cocina a la vez que cocinamos nos ayudará a sentirnos a gusto y en conexión con nuestro hogar.
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