Estilo de vidaLos amigos ayudan a hacer la vida más significativa, brindando apoyo social y emocional, pero algunos pueden no tener un efecto tan positivo. Qué hacer cuando sobresale el rencor y la envidia.
La amistad es uno de los sentimientos más genuino que alivia los pesares de la vida y nos ayuda a sentirnos más felices. Es ese vínculo afectivo y desinteresado que nos une a otras personas, donde se desarrolla confianza, lealtad, honestidad y compromiso.
Como base de toda relación afectiva saludable es el apoyo social y emocional, los amigos aportan beneficios a nuestro bienestar, como alargar la esperanza de vida y reducir el riesgo de problemas de salud mental y física: depresión y presión arterial alta.
Sin embargo, algunas vínculos pueden no tener un efecto tan positivo y convertirse en una relación tóxica. Estos amigos generalmente agotan mentalmente y en lugar de edificarte, buscan derribarte.
Manifiestan un deseo de controlar, son manipuladores emotivos para conseguir que los demás se comporten como ellos desean, resaltan más los aspectos negativos ajenos que los positivos y no acostumbran a celebrar los logros de los otros sino que los viven como una amenaza.
¿Cómo reconocer a un amigo tóxico?
Los amigos tóxicos siguen un mismo patrón y transmiten ciertas señales que nos indican que esa relación no es sana. Por lo general, sobresalen la manipulación, el rencor y la envidia.
Cuando uno no se puede expresar tal y como es, cuando después de estar con esa persona te sientes irritable, inseguro y ansioso, y cuando regularmente te degrada y te hace sentir miserable, ya sea que use tácticas de negación más sutiles o insultos directos, es probable que tu amistad no sea sana.
Si le dijiste algo en confianza y todo tu círculo social conoce los detalles, es momento de tomar distancia de esa persona. Cualquiera puede equivocarse y decir cosas que no debe, pero los amigos tóxicos disfrutan divulgar secretos, incluso cuando pides que mantengan la información personal en privado.
Alguien que constantemente rompe tu confianza probablemente no se preocupa mucho por tus sentimientos. Un amigo tóxico aumenta el estrés y sus reacciones exageradas pueden desequilibrarte aún más porque te hacen sentir culpable de sus frustraciones, tomando hasta lo más mínimo como un ataque hacia ellos.
Pasar tiempo con un amigo cercano debería hacerte sentir bien, pero tal vez con un amigo en particular te deja incómodo o molesto. Puede que ni siquiera tengas una buena explicación de por qué, pero cuando los dejas, te sientes más aliviado que decepcionado. Si notas este sentimiento de inquietud, considera examinar tu amistad.
Aparecen cuando las cosas van bien o cuando necesitan algo. Como mínimo, la amistad implica escuchar con empatía y ofrecer validación para la angustia y el dolor. En una amistad tóxica, tus sentimientos se minimizan e ignoran tus problemas, incluso nunca responden a tus mensajes o solicitudes de ayuda.
Sin embargo, los verdaderos amigos ofrecen empatía por tus preocupaciones en circunstancias buenas, malas o en cualquier punto intermedio.
Consejos para enfrentar una amistad que no te hace bien
Las amistades tóxicas pueden tener un impacto bastante significativo en el bienestar general y no de manera positiva. Pasar tiempo con personas a las que no les importan tus sentimientos afecta tu salud emocional y física.
Si notas que esa persona no actúa como un amigo, deberías considerar reevaluar la amistad. Lo primero que debes hacer es hablar con ella y comunicarte de forma asertiva para expresar cómo te sientes. Es muy importante no entrar en sus provocaciones y chantajes emocionales, ya que eso implicaría alimentar un problema de nunca acabar.
Si los límites verbales no son suficientes y esa persona no admite que su comportamiento no es sano ni adecuado, habrá que poner límites físicos en la relación, es decir, distancia.
El alejamiento puede ayudarte a ordenar tus sentimientos y obtener claridad sobre tus próximos pasos. Probablemente tengas algunos buenos amigos que realmente quieran ofrecerte apoyo, comunicarte con ellos y explicarles la situación puede ayudarte a recuperar vínculos positivos y sanar las heridas que dejó esa amistad dañina.
