La instalación artística realizada por Maria Laura Vallejos explora la situación actual de la sequía en nuestro país, la contaminación de los cauces hídricos, nuestro rol en ello y reflexiona acerca de: si nuestra naturaleza sufre ¿sufrimos nosotros con ella?
A María Laura la idea la impactaron de todas las noticias que fue recibiendo durante la pandemia, siendo el detonante la situación en Laguna Cerro. Ella se encuentra en su casa, aquí en Paraguay, pero estudiando de manera remota en la Universidad Estatal de Kansas, la carrera y maestría de Arquitectura. Tenía un proyecto que realizar y ahí decidió que sería una instalación artística que pudiera capturar toda la carga emocional de ver sufrir a la naturaleza, y a nosotros con ella.
“Empecé a buscar una frase, algo característico que pudiera ser entendido por todos los paraguayos y que nos permitiera experimentar este sentimiento de empatía con la naturaleza”, explica. Así fue que eligió la frase “Hendy Kavaju Resa” por el sentido figurado que representa de que “la situación está muy mal”.
“La frase es una observación empática del soldado paraguayo que, aún en su sufrimiento reconoce el sufrimiento de la naturaleza. Una imagen que nace de la situación de escasez de agua en el Chaco, en la Guerra del Chaco, llamada también La guerra de la sed y me pareció pertinente utilizarla para exponer la problemática del agua en Paraguay. No solamente con toda la contaminación, sino después con la sequía que también genera incendios. Todo un contexto en el cual la situación está muy mal y todos los paraguayos estamos muy unidos por esto”.
La instalación realizada en el Parque Ñu Guasu por María Laura Vallejos. Foto: Gentileza.
El caballo que agoniza
María Laura decidió desde un principio utilizar: materiales que fueran biodegradables, que volvieran a la naturaleza sin dejar rastros o daños, y técnicas propias del Paraguay, de nuestros ancestros o instaladas hace mucho en Paraguay.
En un principio fue el karanda’y el seleccionado, pero hablando con las artesanas ellas le recomendaron no usarlo porque debido a la sequía del ambiente, sus hojas cortarían mucho y no sería el indicado para que ella practicase. Así llego al mimbre, que sí soportaría la estructura de cerámica, y que irónicamente, se hace maleable con el agua. El líquido es vital para su manipulación y creación de artesanías.
De mimbre están hecha la estructura de la cabeza, terminada en cerámica; la panza, la cola y el cuello, la parte que más le dificultó a Laura. La arcilla para el rostro del caballo aporta la expresión necesaria. Dentro del caballo está un entretejido de mimbre que contiene el corazón de cerámica y que, si uno se acerca, escucha los latidos.
La panza está repleta de los contaminantes del agua, basura que elló encontró en todos los cauces que visitó: bolsas, botellas, zapatillas, latas, botellas de aceite de motor, etc. “De alguna forma nos recuerdan que esos desperdicios, si los tiramos inconscientemente, van a parar al agua y de ahí a los animales que se acercan para tomar agua”, detalla.
¿Dónde visitar la instalación?
La instalación está disponible desde las 7 am hasta las 7 pm, todos los días hasta el domingo en el Parque Ñu Guasu. La página web es www.hendykavajuresa.info y en el Instagram lo encuentran como @hendykavajuresa.py.
“Me gustaría instar a la gente a que se acerque a la escultura, hay un caminito que te lleva a ella y unas sillas que está puestas sobre la muralla que delimita la laguna. Y realmente tener esa experiencia de parar, caminar cerca, ver en detalle, esperar que los ojos se prendan, escucharle al caballo y dejar que te conmueva”.
···¿Ya nos seguís en las redes? Mirá todo lo que tenemos para VOS Facebook l Twitter l Instagram