Acaba de terminar de realizar una presentación importante. Trabajó incansablemente en ello y sabe que lo logró. Pero está esperando una cosa más: los elogios del jefe y los compañeros de trabajo, porque sin ellos, el logro se siente un poco vacío. Si esto le suena familiar, es posible que dependa de recibir elogios hasta un punto innecesario.
Por supuesto, no hay nada de malo en sentirse complacido ante los elogios. Más bien, todo esto es solo una parte del ser humano, según la psicóloga clínica Aimee Martínez. De acuerdo con la teoría de la neurosis, desarrollada por la psicoanalista Karen Horney, los humanos usan diferentes estrategias para lidiar con el estrés y los síntomas básicos de la ansiedad, y necesitar elogios y afirmaciones es una de esas estrategias de afrontamiento.
En el caso de la búsqueda constante de elogios, cuando no los recibe, “puede volverse extremadamente sensible al rechazo, el miedo, la crítica y la preocupación de que otros estén enojados con usted, o incluso puede volverse resentido”, agrega. Además, indica que en última instancia, no es posible siempre obtener gestos de aprobación de los demás.
Entonces, ¿parece que quizás dependa demasiado de los elogios? Y si es así, ¿qué puede hacer al respecto? A continuación, los expertos explican cómo alejarse de la dependencia al elogio.
Recuperar la capacidad de elogiarse a sí mismo
“Algunos realmente no han fomentado la capacidad de elogiarse a sí mismos, por lo que se vuelven dependientes de que todos los demás les digan que están haciendo un gran trabajo, en lugar de poder reconocer su propio éxito y realmente experimentar ese gran sentimiento de recompensa de su propia obra”, dice la psicóloga clínica Kahina Louis a Well + Good.
¿Cómo trabajar para celebrar tus propias victorias?
Para empezar, esfuércese por darse cuenta de cuándo podría estar en conflicto consigo mismo, dice la Lic. Martínez. Identifique pensamientos que digan: “Creo que debería hacer esto, pero no quiero”. Haga esto desde un lugar sin prejuicios y con la intención de descubrir por qué ha desarrollado este mecanismo de afrontamiento.
Luego, esfuércese por ser su propio animador o libertador de alabanzas. Si le resulta complicado pensar en cosas positivas que decir sobre su logro, “piense en lo que diría un ser querido si lo llama, o en lo que le gustaría escuchar de otra persona en ese momento”, agrega Louis. “Entonces comience a escribir esto y a decírselo a sí mismo”.
Pensamientos adaptativos
Considere usar pensamientos adaptativos, que son similares a las afirmaciones positivas. Por ejemplo, al abordar ese gran proyecto en el trabajo, la Dra. Louis, sugiere decir algo adaptativo cada vez que tacha una tarea de la lista de tareas pendientes, como: “Estoy tan orgulloso de mí mismo por tachar esto. Sé que todavía me queda un largo camino por recorrer, pero al mismo tiempo, creo que es realmente genial haber podido terminar este artículo”.
Recompensas
Recompensarse a sí mismo de una manera tangible podría ser útil, explica la experta. Cómprese esos calzados nuevos que ha estado mirando, tome una siesta o la noche libre para cocinar. Cualquier cosa que se sienta como un regalo cuenta como un regalo.

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