Por: Nora Vega
Empieza la cuenta regresiva para la gran llegada ¡se viene el hermanito o la hermanita! Un mundo de emociones empapa a la familia que espera con ansias al segundo hijo. La panza de mamá crece sin parar y alguien en casa empieza con los celos. Esto puede ser un gran desafío para los padres.
Todos en la casa estarán más ocupados y sin darse cuenta parecerá que el tiempo no alcanza. Los cuidados de un bebé pequeño demandan mucha energía, pero aún así hay que tener en cuenta los sentimientos y la forma de manifestarse del hermano o la hermana mayor. La rutina cambiará y todos tienen que estar preparados.
Cómo enfrentar la situación
Los especialistas aseguran que desde el primer momento conviene decirle la verdad. “La idea es compartir en familia todo el proceso, sin forzar conversaciones, ni tampoco evitarlas”, cita la página especializada Ser Padres. También explica el hecho de que el primer hijo permitió a las mujeres desconectarse del mundo para aprender a ser madres, la llegada del segundo, sin lugar a dudas, les enseñará a convivir con varios deseos y necesidades a la vez.
¿Cuándo es el mejor momento para tener el segundo? Solo los padres lo podrán definir y dependerá de varios factores. Los niños de entre uno y tres años de edad son los que generalmente presentan algunas conductas regresivas que pueden incluir volver a chuparse el dedo, regresar al biberón, etc. Los mayores de tres años a lo mejor dejan de comer o se portan un poco mal, pero tranquilos, que todo es temporal.
Y aunque muchas veces varios sentimientos afloran durante toda la etapa del embarazo y más aún con la llegada del nuevo integrante, no quiere decir que el mayor tendrá un comportamiento extremo. Los niños se adaptan fácilmente a las situaciones, todo depende del grado de seguridad que le den ambos padres para que no se convierta en una experiencia insatisfactoria. Algunos parecen tomar bien la noticia, pero al ver que el bebé acapara todo el interés, buscarán llamar la atención de los padres.
Qué hacer
Algunas actividades pueden ayudar a los niños a prepararse para una gran bienvenida por ejemplo: preparar la nueva habitación del bebé juntos, el hermano mayor puede donar algunos juguetes o artículos al nuevo integrante, los padres pueden leer libros referente al tema, entre otros. Lo importante es que todo se haga con mucho amor y respeto, siempre hay que ponerse en el lugar del primogénito y que exista bastante comunicación.
Otro punto importante de tener en cuenta es que, si normalmente uno tiene poco tiempo para la pareja, con dos o más hijos probablemente se agrave aún más la situación, pero no tiene por qué convertirse en un problema. Ambos deben encontrar la forma de tener tiempo a solas durante el día (por ejemplo, luego de acostar a los chicos) y tener una cita por lo menos una vez a la semana.
El hijo mayor siempre tendrá muchas dudas sobre el cuerpo de la madre, el embarazo y el bebé. Los padres tienen que saciar estas interrogantes, dejando que toque la panza, participe de las actividades, involucrándole en cada detalle para que se considere importante, no se sienta desplazado y esté preparado para el gran día. La vuelta a casa puede ser intensa ya que ambos niños necesitan diferentes tipos de atención, pero con tranquilidad y paciencia, todo se irá acomodando rápidamente.

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