De acuerdo con los entrenadores, hay ciertos signos que podemos identificar para descubrir que el cuerpo está ansioso por hacer ejercicio porque, después de todo, el ejercicio regular es bueno para la salud.
Cuando se trata de hacer ejercicio, escuchar al cuerpo es clave. Estas “conversaciones” con nuestros músculos nos dicen cuándo es el momento de modificar un movimiento o tomarnos el día libre (dolor del segundo día, ¿alguien?). Y pueden ayudarnos a evitar esforzarnos demasiado y hacernos daño.
Así como nuestro cuerpo puede decirnos cuándo es el momento de dejar de presionar, también puede decirnos cuándo necesitamos agregar un poco de movimiento adicional a nuestras rutinas. “Tiene muchos beneficios físicos y mentales”, explica Ridge Davis, un entrenador certificado y atleta con sede en Los Ángeles.
“El movimiento constante lo hará más feliz y reducirá su nivel general de estrés y tensión. Además, tener articulaciones y tejidos musculares fuertes y saludables contribuye a tener una mejor calidad de vida”. Y si no se mueve lo suficiente (o al menos, tanto como su cuerpo quiere que lo haga), se está perdiendo todos estos beneficios.
Estas son las tres señales imposibles de ignorar que nos comparte, para identificar que es hora de aumentar ese ritmo cardíaco. Tu cuerpo (y tu cerebro) te lo agradecerán.
1. Te sentís con poca energía
Cuando la taza de café habitual simplemente no esta siendo suficiente, intentá sudar en vez de añadir más tazas ¿La razón? Cuando haces ejercicio, el cerebro libera endorfinas que pueden ayudarte a despertarte incluso mejor que la cafeína.
“Las endorfinas son esas hormonas para sentirse bien que se liberan como resultado del ejercicio y componentes importantes para un entrenamiento energizante”, explicó a Well + Good Jonathan Leary, quiropráctico y experto en ciencias del ejercicio y fundador de Remedy Place.
“Son responsables de mantenerte despierto y también contribuyen a cambios positivos en tu salud mental”, agrega. Intentá con un poco de baile cardiovascular (que además, ayuda a combatir la niebla mental) o fluir a través de algunas posturas de yoga como saludos al sol, flexiones hacia atrás y giros, que son conocidos por sus efectos energizantes.
2. Tenés problemas para concentrarte
Si estuviste sentado mirando el mismo correo electrónico durante horas y horas, es una buena señal de que es hora de ponerte en movimiento, al menos, por el bien de arrancar esa niebla mental.
Los ejercicios aeróbicos como caminar, correr y andar en bicicleta activan los receptores de dopamina en su cerebro, y se sabe que la dopamina juega un papel importante en la función cognitiva y el aprendizaje.
Además, aumentar la frecuencia cardíaca mejora la circulación y obtener más sangre y oxígeno en el cerebro ayudan a estimular el pensamiento. ¿Las buenas noticias? Solo necesitas dos minutos de cardio para que esos jugos vuelvan a fluir.
3. Tus músculos están muy rígidos
“La rigidez a menudo ocurre cuando no estamos haciendo suficiente ejercicio, por lo que la mejor manera de prevenir la rigidez es haciendo actividad física con regularidad”, señaló anterioremente a Well + Good, Katie Sun Worrall, fisioterapeuta de Zion Physical Therapy. Y finaliza: “Ya sea caminar, correr, hacer yoga, andar en bicicleta, levantar pesas u otro ejercicio de tu elección; todo es bueno para la salud a largo plazo”.
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