Aquí una gran solución para la duda de qué hacer con los productos frescos que no podremos comer en el momento, pero que tampoco queremos que terminen como desperdicio de alimentos.
Enlatar los tomates como salsa para pasta, encurtir los pepinos y comenzar a convertir la albahaca en pesto, son todas excelentes opciones. ¿Querés una más? Secá las hierbas frescas para agregar a las sopas y platos durante todo el año.
Cuando se trata de preservar a las aromáticas, existe una amplia gama de técnicas que se pueden usarr. Podría ser el horno, un deshidratador o alguna otra herramienta elegante, por ejemplo.
Así como también podríamos seguir el consejo de Kalei Buczek, un experto en jardinería y gerente del estudio de plantas y flores ReWild en Washington DC, que simplemente sigue la ruta antigua: “Me quedo con el secado al aire cuando se trata de conservar hierbas”.
Este proceso implica unir las hierbas con un cordel y colgarlas boca abajo ya que esto asegura que puedas extraerles el máximo sabor. Y al empaquetar, Buczek recomienda no ponernos celosos. “Vas a querer asegurarte de no agrupar demasiado”, señala. De lo contrario, las piezas internas no se secarán tan eficazmente como las piezas externas, lo que no solo da como resultado menos hierbas secas sino que, lo que es más importante, podría introducir moho en todo el racimo.
“Además, asegurate de que las hierbas se sequen en algún lugar con un buen flujo de aire”, agrega Buczek. Evitá los lugares que sean demasiado húmedos sugiere, lo que probablemente descarte su baño. “Los sótanos son populares porque son frescos, oscuros y mantienen una temperatura constante”, dice ella. Pero por supuesto, un armario o una despensa también replica lo mismo.
Una vez que las hierbas estén completamente secas (normalmente entre siete y 10 días, o cuando estén crujientes) Buczek señala que el cuidado es clave cuando se trata de almacenar las aromáticas recién conservadas. “Las hierbas secas serán quebradizas, así que tené cuidado al manipularlas una vez que estén completamente secas y asegurate de guardarlas en un recipiente hermético”.
Si no podés esperar una semana para que se sequen las hierbas, también podés usar un microondas o un horno para acelerar el proceso. Para la primera opción, colocá cuatro o cinco manojos de hierbas entre dos toallas de papel y luego páselos por dos o tres minutos. Si no están secos después de eso, continúa calentándolos en el microondas en intervalos de 30 segundos hasta que se elimine toda la humedad. En un horno convencional, podrás secar hierbas frescas colocando manojos en una bandeja para hornear galletas a 180 grados durante dos a cuatro horas.
Cualquiera que sea el método que prefieras, tu futuro te li agradecerá por secar tus hierbas frescas ahora, para usarlas más tarde y que además no te falten nunca en la cocina para sazonar cualquier plato.
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