La mayoría de nosotros somos conscientes de que sentarse frente a una computadora todo el día es muy malo para el cuerpo. Pero no de que las manos pueden sufrir al realizar movimientos repetitivos como escribir.
Nuestros cuerpos no estaban destinados a estar encorvados sobre una pantalla y escribiendo todo el día; sin embargo, es necesario hacer eso para muchos tipos de trabajos. Si bien las caderas, el cuello y la espalda reciben la mayor parte de la atención, también es importante recordar sus manos.
A diferencia de las otras áreas mencionadas, que pueden desarrollar problemas debido a permanecer sentado durante largos períodos de tiempo, las manos se ven afectadas negativamente al realizar movimientos repetitivos como escribir. Las lesiones por estrés repetitivo (LSI en sus siglas en inglés) afectan a alrededor de 1,8 millones de trabajadores por año, según la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA) solamente en los Estados Unidos.
“Cualquiera que esté haciendo una tarea repetitiva usando el mismo movimiento una y otra vez puede ser vulnerable al uso excesivo”, explica Beret Loncar, terapeuta de masaje con licencia y terapeuta de yoga certificada por IAYT, propietaria de Body Mechanics Orthopaedic Massage Therapy.
“No es solo el uso y la repetición, sino también el contacto continuo del cuerpo con una superficie lo que también puede ser un problema”. Por ejemplo, apoyar las muñecas en el borde de una mesa afilado puede causar dolor y movilidad reducida a corto plazo. Los efectos a largo plazo dependen de la gravedad, señala Loncar, y pueden causar entumecimiento y hormigueo, inflamación, dolor y debilidad. (Estate atento al dolor recurrente o una sensación de pesadez en las manos, aconseja).
Si sos de los que escribe todo el día, Loncar aconseja programar un tiempo regular fuera del teclado. “Tomar descansos para masajear y estirar las manos puede ser de gran ayuda en la recuperación y cuenta como descanso activo”, dice Loncar. Ahora que ya cubrimos el “por qué”, aquí está el consejo de Loncar sobre cómo masajear sus manos, a través de Good+Well.
Cómo hacer un masaje de manos
Primero, sacudí las manos y las muñecas para ayudar a que la sangre fluya. “También hay algo terapéutico en deshacerse de lo que se estaba haciendo. Es una buena transición mental”, asegura Loncar.
Extendé los brazos frente tuyo, con las muñecas dobladas y los dedos apuntando hacia arriba, como si estuvieras presionando una pared. Tirá de los dedos hacia vos mismo durante 30 segundos y luego hacé lo mismo con los pulgares. “A continuación, poné las manos como si la parte posterior de ellas estuviera presionando una pared. Mantené la posición durante 30 segundos. Esto estirará los antebrazos y muchos de los músculos y tendones que alimentan las manos pasan por los antebrazos”, dice Loncar.
Entonces, es hora de masajear. “Masajeá los huesos de las manos y las membranas entre ellos donde está el músculo”, dice Loncar. “Para masajear las membranas de los dedos, usá el dedo índice y el pulgar para hacer un agarre de pellizco. Pellizcá las membranas entre los huesos del dedo meñique y el dedo anular y masajeá suavemente mientras sujetas ambos lados de la piel”.
Hacé lo mismo con los espacios entre el dedo anular y el dedo medio, y entre el dedo medio y el índice. “Por último, el espacio entre el dedo índice y el pulgar. Hay un gran vientre muscular allí, por lo que podés agarrar varios lugares. A veces, mover el pulgar de la mano que se está masajeando también se siente bien”, señala.
A continuación: masajeá los huesos y las articulaciones. Loncar recomienda usar un poco de crema para esta parte. Puede usar una perfumada para un poco de aromaterapia, aunque aconseja a las personas que se encuentran en una oficina, que utilicen una sin perfume, ya que los compañeros de trabajo pueden ser sensibles a los aromas.
“Agarrá suavemente el dedo de la mano opuesta justo por encima de la primera articulación”, dice Loncar. “Tirá del dedo y hacé un círculo, luego deslízate hasta la siguiente articulación y luego repetílo hasta que llegues a la punta del dedo”, explica.
Luego usá tu mano opuesta para amasar los montículos de la palma. “Aquí no se necesita ninguna técnica especial. Hacé lo que te parezca mejor”, dice Loncar. “Amasar, tirar de la piel y usar las yemas de los dedos para trabajar los puntos, se siente increíble en estas áreas densas de tejido”. Y no olvide dejar que el área de su muñeca participe en la acción, ya que este es un punto de alto estrés.
Al tomar descansos para cuidar tus manos, reducirás el esfuerzo y tendrás una muy buena “excusa” para disfrutar de un masaje diario.
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