¿Existe una fecha mejor que el día después de la cena de Navidad para disfrutarlo? Cada bocado te transporta a una época de la vida que se siente mucho más feliz, más relajada; de eso se trata “la comida reconfortante”.
Imaginate estar a las corridas por la rutina diaria y que al fin puedas tomarte un tiempo para disfrutar de tu almuerzo, ¡cuando te sorprenden con tu comida favorita! El “comfort food” son esas recetas que logran reconfortarnos, animarnos y alegranornos, incluso cuando las cosas del día no salieron bien.
Es el chipa guasú de la abuela, el asado de papá, el guiso de mamá; todos aquellos platos tradicionales que se van transmitiendo dentro de la familia, de generación en generación.
Es ese pequeño escape de la realidad, mientras disfrutas de tu plato favorito, en ese momento de tranquilidad, seguridad, alegría, y que muchas veces, hasta te permite regresar a un recuerdo feliz.
¿Desde cuándo se usa esa palabra?
El término “comida reconfortante” se usó por primera vez a principio de los años 70 en Estados Unidos y recién en 1997, recibió su definición por parte del diccionario en inglés de Oxford, que lo describe como: “comida que provee consuelo o sentido de bienestar, usualmente con un alto contenido de azúcar y/o carbohidratos, relacionado a la infancia o la comida casera”.
En síntesis, son todos aquellos alimentos que se te antojan en diferentes momentos, y que te generan emociones positivas, sentimientos y recuerdos felices.
Por supuesto, ya que estamos en esa época del año donde comer rico es la norma, no olvidemos tener en cuenta que todas las sensaciones positivas que generan estas recetas son momentáneas y fugaces, por eso, hay que cuidar la cantidad de veces que te des un permitido, ya que lo reconfortante de estas comidas, se verá pronto reflejado en la balanza si no tenemos un equilibrio.
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