El ajo negro es un ingrediente muy popular en la cocina asiática y así como se diferencia por su color y textura, también posee una cantidad abundante de beneficios nutricionales ¿Lo mejor? Al consumirlo no nos deja olor en la boca.
Conocido también como “ajo envejecido” este superalimento se obtiene mediante un proceso de fermentación del ajo común. La primera característica a destacar es su color oscuro, a continuación de que su sabor también cambia, ya que se vuelve más suave, dulce y fácil de digerir.
Respecto a su composición, al pasar por este proceso se vuelve hasta diez veces más antioxidante, antibiótico, diurético y digestivo, lo que nos aporta interesantes beneficios para prevenir y paliar afecciones.
Es un potente diurético natural: brinda una buena dosis de potasio que ayuda a enfrentar la retención de líquidos, edemas y problemas renales. Incluso, muchos sugieren que consumirlo en ayunas ayudará a eliminar las toxinas del cuerpo. Por otro lado, su compuesto de alicina funciona como antioxidante y antihipertensivo, lo que brinda protección para el corazón, la circulación sanguínea y el hígado.
Sus componentes azufrados estimulan la creación de colágeno lo cual favorece la salud cutánea de quienes tengan algún tipo de patología como: acné, dermatitis o rosácea. Otras de sus bondades está vinculada a moderar los procesos inflamatorios, ayudando a aquellos que tengan dolores musculares, artritis, entre otras dolencias.
Al contener hasta diez veces más antioxidantes como fenoles y saponina, contribuye a frenar la acción de los radicales libres que provocan la oxidación celular y también incrementa nuestro sistema inmunológico.
Existen 20 aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo necesita, de estos ¡el ajo negro aporta 18! destacándose la isoleucina y leucina que intervienen en la formación de tejidos musculares. Por esta razón y por ser un fuerte energizante, se recomienda su consumo a deportistas.
También funciona como regulador del sistema nervioso, gracias a su aporte de nutrientes ayuda a levantar el ánimo, contrarrestar la depresión y el estrés. Otras de sus virtudes es que mejora los procesos digestivos previniendo el estreñimiento, reduce el colesterol en sangre, gracias a su contenido de cisteína que es anticancerígeno.
Si te estás preguntando cómo consumirlo: lo podes agregar a tus preparaciones al igual que el ajo tradicional, muchos también lo aprovechan crudo untándolo en tostadas, panes y galletas, eso sí, es mejor no comerlo durante la noche por su poder energizante.
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