Existen varias razones que pueden estar vinculadas a que tu perro tenga este hábito que destruye los espacios verdes de tu hogar. Este comportamiento puede surgir cuando son cachorros o incluso de adultos, por eso te contamos como evitarlo.
Ya sea que tu mascota sea un “Firulais” o de raza, este hábito responde a su naturaleza. Antiguamente, los perros tenían que cazar sus alimentos y cuando no terminaban de ingerirlos lo guardaban para después.
Con el paso del tiempo y la domesticación esa necesidad se disipó pero el instinto continuó latente, por eso es muy frecuente ver este tipo de comportamiento en perros que fueron rescatados de la calle y que en algún momento pasaron hambre, explica César Millán, el “Encantador de perros”, en su blog.
Por otro lado, existen otros factores que favorecen la aparición de este hábito, entre ellos pueden ser el aburrimiento por falta de estímulos, la necesidad de cazar, estrés, exceso de energía, ansiedad o cambios de rutina. Sea cuál sea el motivo, existen diferentes medidas que se pueden adoptar para palear este problema.
Los cachorros son más propensos a adoptar este hábito, son curiosos, enérgicos y durante esta etapa educarlos es fundamental, señala Humane Society. Programar paseos diarios para que quemen el exceso de energía o incluso un simple juego como tirarle una pelota ayudará a que se relaje y no busque sus propios estímulos.
Los perros también se aburren y un modo de entretenerse es explorando haciendo hoyos en el jardín, por eso es conveniente que tenga sus propios juguetes, ya sean peluches que hacen ruidos, pelotas o huesitos diseñados para que muerdan y se limpien los dientes, esto también evitará que destrocen zapatillas y cosas que estén a su alcance dentro del hogar.
Otro caso frecuente está ligado al clima. Cuando los perros sienten calor buscan espacios frescos para resguardarse de las altas temperaturas e instintivamente lo consiguen haciendo pozos en la tierra para recostarse. En este caso lo ideal es mantenerlos en lugares frescos o diseñar un espacio con sombra, cerca de plantas que no sean tóxicas para ellos y que le den frescura en los días más calurosos del año.
Si contás con suficiente espacio podes armarle un rincón de juegos para que hagan de las suyas. Se puede destinar un rincón del patio para armarle un arenero donde puedan escarbar, esconder sus juguetes y desahogarse. En este caso es fundamental tener paciencia y educarles para que entiendan que este lugar es de ellos y que no ataquen el resto del jardín, un buen modo es jugar con ellos en ese espacio y poner sus juguetes en ese lugar.
Es importante encontrar el motivo que desencadene este comportamiento, si tu cachorro estuvo expuesto a cambios de rutina, tuvo poco estímulo o actividad física es normal que busque la manera de apaciguar estas emociones, y en base a esto será más fácil encontrar la solución a este comportamiento.
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