Es cuando el cuerpo se rinde al cansancio mental y nos sentimos quemadas. Un agotamiento extremo en el cual realizar una tarea sencilla como responder un mensaje, elegir una serie o mantener una conversación fluida supone un esfuerzo.
Vivimos en la era de la inmediatez y estamos permanentemente “a las corridas”, el problema es que este estilo de vida no se puede sostener en el tiempo. Tarde o temprano el cuerpo nos pasa factura, por eso debemos aprender a reconocer las señales y no esperar hasta llegar a nuestro límite. Aquí algunos hábitos que te pueden ayudar a no esperar que tu batería quede en cero.
1. Dormir es justo y necesario
Una mala higiene del sueño deriva a fatiga, irritabilidad, falta de concentración, dificultad para tomar decisiones e incluso, repercute en nuestro sistema inmune. Algunas personas terminan tarde su rutina y se toman un par de horas para realizar algunas tareas del hogar u ocio, pero lo cierto es que dormir menos de 7 horas es perjudicial a largo plazo.
Dormir es esencial, previene y disminuye la posibilidad de padecer “burnout”, por eso hay que descansar entre 7 a 9 horas, respetar siempre el mismo horario para que el organismo se acostumbre; evitar las bebidas alcohólicas y no beber cafeína o estimulantes, al menos, dentro de las 8 horas previas a ir a dormir.
2. Mini breaks
Quien pudiera tomarse unas buenas vacaciones seguido para recuperar energías; como se trata de un privilegio que pocas personas tienen, lo que nos queda al resto es realizar pausas, pequeños descansos durante el día para verificar cómo nos sentimos, reconocer nuestras emociones y volver a enfocarnos. También es importante respetar los horarios no laborales y usarlos para una misma.
3. El deporte, tu mejor aliada
Aunque parezca broma, realizar actividad física después de cumplir con nuestras responsabilidades nos ayudará a restar esa sensación de “no poder más”. La explicación es sencilla y está fundamentada por diversos estudios: cuando nos ponemos en movimiento el cuerpo libera hormonas de bienestar y felicidad, también reduce las del estrés y nos ayuda a descansar mejor o, en caso de que entrenes por la mañana, a iniciar el día con buenos ánimos.
4. La alimentación también importa
Está bien darse gustitos, pero no hay que excederse. Si bien es super placentero llegar a casa, degustar una pizza recién horneada y acompañarla con unas cervezas, no es la mejor opción para elegir con frecuencia. Mejor optar por alimentos con ácidos grasos buenos, ricos en vitaminas, minerales, incluso existe una enorme lista de aquellos que estimulan la melatonina, hormona que ayuda a regular el sueño. Es mejor cuidarse la mayoría de los días a la semana y destinar uno para esos caprichitos.
5. ¿Te animás a probar la meditación?
Este método tiene muchos beneficios mentales y físicos, existen muchas opciones de meditación que no te van a tomar más de 10 minutos al día y brindará grandes resultados, especialmente cuando se trata de desacelerar la mente.
En el caso de que sientas que no es lo tuyo, podés desconectar con algo que te de paz mental, puede ser escuchar tu playlist favorita, leer un capitulo de tu libro preferido o aplicarte una mascarilla facial. La idea es crear un recreo antiestrés.
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