Nuevo estudio, nueva heroína, pero la misma apuesta por una narrativa valiente y emotiva. La saga de videojuegos Life is Strange vuelve con una nueva entrega que da una mayor importancia a los personajes LGTB+.
Con el subtítulo de True Colors, este juego narrativo propone encarnar a una mujer joven, con la habilidad especial de conocer los sentimientos de otras personas, que está investigando la muerte de su hermano en un pequeño pueblo de Colorado (Estados Unidos).
A medida que avanza la historia, el jugador dispondrá de cierta libertad para establecer amistades y relaciones sentimentales con otros personajes, independientemente de su sexo. “Queríamos realmente seguir reivindicando a personajes homosexuales en Life is Strange”, explica Jon Zimmerman, director narrativo en Deck Zine, el estudio detrás del título.
Este juego se estrenó a nivel mundial el viernes 10 de septiembre en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X/S y los servicios Steam y Stadia (ordenador). La versión para Nintendo Switch saldrá a finales de 2021.
El primer Life is Strange, desarrollado por los franceses DontNod, llegó a las tiendas en 2015 y vendió tres millones de copias. Entonces impresionó por su sensibilidad y representación creíble de personajes LGTB+, algo poco habitual hasta ese momento en el mundo de los videojuegos.
“Para mí Life is Strange supuso un punto de inflexión”, reconoce Mai Torras, desarrolladora en un estudio en Buenos Aries y fan de la serie. “En 2015 aún no había salido del armario. El juego me permitió darme cuenta de muchas cosas. Sentirse representado es importante”, asegura.
Tras el éxito comercial y de crítica del primer juego, la saga continuó con una precuela en 2017 y una secuela en 2018.

Sobre el abordaje de la historia

La compañía japonesa Square Enix, editora del juego, confió el desarrollo de la tercera entrega a Deck Nine Games, que ya había hecho la precuela. “Abordar cuestiones como la homosexualidad o los sentimientos humanos en profundidad es una de las cosas más difíciles de hacer”, reconoce Zimmerman, “ya que esto puede estar relacionado con un trauma o un dolor”, agrega.
Durante años, la representación de personajes LGTB+ quedó limitada a juegos independientes y las grandes producciones apostaban por modelos más estereotipados.
Pero esto cambió en los últimos años y así quedó reflejado con el personaje de Ellie en The Last of Us: Parte II, considerado uno de los mejores videojuegos de 2020. Sin embargo, la representación de la homosexualidad generó grandes polémicas en este medio.
Y es que esta visión inclusiva suele confrontarse con las reticencias de algunos jugadores más conservadores, que solo por este motivo suelen poner críticas negativas. “No juego a un videojuego porque me impone la ideología de otros”, se puede leer en algunos comentarios sobre Life is Strange: True Colors en Steam, la famosa plataforma de venta en línea.
Aunque muchos estudios intentan incluir una mayor diversidad en sus producciones, esta no se ve reflejada entre su personal. “Continuamos siendo una industria muy sexista y que puede ser racista”, lamenta Elizabeth Maler, que fundó en 2019 Abiding Bridge, una pequeña compañía de apoyo a creaciones independientes.
Fuente: del texto de Kilian Fichou (AFP).
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