El fenómeno social que avanza a pasos agigantados es el FOMO, que se refiere a la necesidad de estar en permanente contacto con otras personas de manera virtual para saber lo que están haciendo. Analizar nuestra relación con el celular es clave para identificar este trastorno.
Las siglas FOMO significan Fear Of Missing Out, que traducido al español es el miedo a perderse algo, y se asocia a la ansiedad de estar activos en las redes sociales durante todo el día.
Es común ver a nuestros amigos y seguidores virtuales en relaciones sentimentales, viajando por el mundo, y en trabajos exitosos. Esto hace que estemos constantemente pendientes de lo que ocurre en Facebook, Instagram, Twitter, y TikTok.
Parece una acción insignificante pero en realidad contribuye a un autosaboteo, y es el escaparate digital que nos induce continuamente a comparar nuestra vida con la de los demás, dejándonos llevar por la envidia y el desvalor personal, sin darnos cuenta que lo que se muestra en redes sociales es solo el lado bueno de la vida cotidiana.
Si bien estas plataformas digitales son una herramienta de oportunidades para establecer contactos, varios estudios científicos constatan que también resultan destructivas para la salud física y el bienestar emocional. Si no tenemos una vida social satisfactoria, las actualizaciones de fotos y vídeos puede llevarnos a experimentar más soledad y sentimiento de exclusión.
A su vez, genera una ansia frecuente de estar más tiempo en las redes sociales para sentirnos parte de un grupo. Como las relaciones reales no suelen nacer de esta forma, estamos expuestos a frustraciones continuas.
Algunos investigadores de las Universidades Carleton y McGill determinaron que FOMO afecta a cualquier persona sin importar qué tipo de personalidad tenga, sin embargo, aquellas que están infelices con su situación personal y cuya necesidad de amor y respeto no está satisfecha, son mayormente propensas a padecer este trastorno.
Una de las características de una persona con FOMO es que no puede separarse de su celular, aun si el aparato se ha quedado sin batería. Cuando una persona que vive con este miedo hace una publicación en redes sociales y no obtiene una gran interacción por sus seguidores, también le aparece una sensación de depresión.
Algunas de las actitudes que puede producirse en ella son no me quieren, no les gusto, no soy suficiente perfecto para ellos. De hecho, las actualizaciones que se realizan principalmente en Instagram no muestran la verdad de los usuarios, empezando por la variedad cantidad de filtros que embellecen los contenidos.
Otra de las consecuencias habituales del FOMO es el trastorno del sueño, el no poder dormirse si el celular no está cerca para leer las notificaciones y los mensajes que lleguen, incluso si esto corta el descanso nocturno.
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