El nacimiento debe considerarse como uno de los acontecimientos más sublimes de la vida. Todo lo que ocurre en ese momento deja profundas huellas, tanto en la psiquis de los bebés como en sus madres, explica la psicóloga y doula de parto, Patricia Ruiz Díaz.
Por: Verónica Giménez
Bajo el lema “El nacimiento es sagrado, no más violencia” desde este lunes 16 hasta el domingo 22 de mayo se celebra la Semana Mundial del Parto Respetado 2022 y en este año hace referencia a la violencia obstétrica ejercida sobre cientos de mujeres durante el embarazo y el parto.
Antes de sumergirnos en qué es un parto respetado y su importancia, la licenciada Patricia Ruiz Díaz menciona en conversación con la VOS que es un derecho que toda madre e hijo deben recibir y cita cuáles son los actos de violencia que las mujeres padecen en el momento de dar a luz.
“Que las mujeres tengan que parir solas, sin una persona de su confianza o elección que las acompañe de forma ininterrumpida, es violencia. Que durante el proceso se las infantilice con comentarios, términos o no tomando en cuenta sus necesidades particulares es violencia. Y que se realicen intervenciones que no están realmente avaladas por la evidencia para acelerar el parto o llevarlas a cesárea también es violencia”, sostiene.
¿Qué es lo que las mujeres y los bebés necesitan para sentirse respetados? La profesional ante su vasta experiencia en el tema, indica que la respuesta a esta pregunta puede diferir de mujer a mujer, con algunas variantes particulares, teniendo en cuenta que todas somos diferentes y por eso presentamos distintas necesidades.
“Entonces, empezando por este punto, ningún parto puede ser igual a otro. Cada uno debe ser atendido y cuidado de manera personalizada y de esto se trata gran parte de respetar el parto. Por un lado, la atención personalizada y por el otro, el respeto a la fisiología natural del proceso de nacimiento, sin intervenir cuando no es necesario, sin apuros”, destaca.
Señala que la atención personalizada es saber y conocer sobre la situación actual y particular de cada mujer en el prenatal, su estado emocional, situación familiar, preocupaciones, miedos y deseos.
“Al listado infinito de preguntas que le hacen a la mamá al ingresar a una institución en trabajo de parto se podrían agregar las preguntas: ¿cómo podemos ayudarte? ¿hay algo en particular que te preocupa o qué necesitas de nosotros hoy? De manera a tomar en consideración la parte emocional y psicológica de cada mujer que ingresa”, reflexiona Ruiz Díaz.
En cuanto a la segunda parte mencionada, puntualiza la necesidad de conocer bien la fisiología natural, cómo funcionan las hormonas, qué hormonas necesitamos estimular y cómo. A partir de allí, prever un ambiente adecuado y de intimidad, sumado al acompañamiento continuo que necesita la mujer para que el parto fluya.
“Un parto respetado implica conocimiento y experiencia, sensibilidad, empatía, ética y mucha humanidad”, subraya.
El parto respetado implica generar un espacio familiar donde la mamá y su hijo sean los protagonistas y el nacimiento se desarrolle de la manera más natural posible. Es decir, que la mujer siga su propio pulso de parto evitando todo tipo de intervenciones innecesarias.
El apoyo de una doula
Las doulas son mujeres que se forman para acompañar a las mamás en su proceso de embarazo, parto y posparto. Patricia Ruíz Díaz es una de ellas y nos comenta que la capacitación implica adquirir conocimientos sobre el proceso fisiológico del parto, que es lo natural.
Entre las funciones menciona que trabajan en el movimiento, para que el bebé pueda ir descendiendo; las posturas, masajes especiales y técnicas para calmar las molestias de las contracciones. “Lo que somos es como una analgesia natural y también acompañamos la parte emocional desde el embarazo”, comenta.
Ruíz Díaz además es psicóloga clínica, asesora de lactancia y especialista en temas de maternidad y crianza. Tras su propia experiencia con la llegada de su hijo Julián, creó en el 2011 un centro de maternidad y crianza denominado Pachamama, que promueve el nacimiento y la crianza natural y respetada.
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