Con tan solo 18 años recién cumplidos batió récords, ganó múltiples medallas y logró el puesto 28 en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Luana es una joven promesa de la natación en nuestro país, y en esta nueva edición de Poderosas con Marilé Unger nos contó un poco de su historia.
Luana recuerda que desde muy pequeña la tiraron a la pileta, empezó a entrenar a los 4 años y no pasó mucho tiempo para que su talento y dedicación empezara a rendir frutos. A los 6 años entró en el plantel del Centenario y cuando cumplió 10 tuvo su primer torneo internacional, donde trajo 4 medallas: una de oro y tres de plata.
Para cuando cumplió 11 volvió a traer otra medalla para Paraguay y ya tuvo muy en claro que su sueño era llegar a los Juegos Olímpicos. “A los 12 gané mi primer título, fui Campeona Sudamericana, de ahí fui ganando de nuevo sudamericanos, torneos nacionales y me acuerdo que cuando tenía 16 clasifiqué y me dijeron: ‘estas como proyección para Tokio’”, rememora.
La joven comenta que al principio no lo podía creer, además de ser un sueño el poder llegar a los Juegos Olímpicos, le emocionó mucho la idea de compartir ese momento con Benjamin Hockin, uno de sus ídolos. “Hice la marca y después ya me anunciaron en el Instagram del Comité Olímpico que clasifiqué y no lo podía creer. Estaba con mi papá en el auto y le dije: ‘papi, me voy a Tokio’. Yo ya sabía, pero no estaba confirmado que me iba a los Juegos Olímpicos”, agrega.
Tokio 2020
Los últimos Juegos Olímpicos fueron un antes y un después en la vida de Luana, no solo por ser la culminación de una etapa y la apertura de nuevos objetivos, sino por que le abrió muchísimas puertas.
“Fue mi sueño desde que era pequeñita, después de los Juegos Olímpicos hubo un boom en las redes sociales, recibí mucho el apoyo de la gente, porque me fui a los 17 años, entonces toda la gente empatizó conmigo, me vio como el futuro para París 2024″, apunta.
Además de ganarse el apoyo de la gente y empezar a ser conocida por lo que es: una promesa del deporte en nuestro país, le surgió una oportunidad muy grande, una beca en los Estados Unidos para entrenar y estudiar una carrera.
“Me fui a los Juegos Olímpicos y ahí debuté, se me acercó un entrenador y me dijo: ‘sabés que te veo mucho potencial, ¿querés venir a nadar en mi universidad?’, le dije que sí, hablé con mi papá y mamá, todos estuvieron de acuerdo. Inicié los tramites, tuve que sacar la visa, tuve que rendir varios exámenes y demás, dos meses duró ese proceso, y después ya pude irme directo a la universidad y empezar ahí mis estudios”, explica Luana
Todos esos cambios no fueron fáciles, la joven se encontró en un país nuevo, una cultura diferente y ante una rutina distinta a la que estaba acostumbrada y agrega: “Los primeros meses sufrí un montón. Mi papá acá siempre me acompaña a todos lados y de un día para el otro tener que ir a los entrenamientos, prepararme mis vitaminas, todo lo que hacía mi papá antes, tenía que hacerlo solita y eso me costó un poco, pero bueno, tarde o temprano tenía que hacer todo eso sola”.
Rutina y entrenamientos
Luana se encuentra con una beca completa y comenta que los entrenamientos son muy diferentes en Estados Unidos. Allá los entrenadores cuentan con más conocimientos del deporte y por eso decidió viajar y prepararse desde allí para los próximos desafíos y su mayor objetivo: los Juegos Olímpicos 2024 en Francia.
Actualmente hace cinco meses se encuentra viviendo en dicho país y una de las cosas que remarca es que cuando compite con su universidad, lo hace a la par de las campeonas olímpicas de USA. Algo que cuando cae en cuenta la emociona y motiva muchísimo para encarar las próximas competencias.
“Es super estricto, sigo entrenando 6 horas igual que acá solo que me cuesta un poco más por que no es solo entrenar, es la escuela, el estudio, tomar mis clases, entonces llegar a eso me cansa un poco. El entrenamiento es mucho más intenso, más largo, encima allá entramos en piletas cortas que se llaman yardas y acá entrenamos en metros”, y agrega que Paraguay cuenta con toda la infraestructura necesaria para que los atleta se desarrollen bien, pero que allá los entrenamientos son diferentes, más intensos y que incluso le llegó a chocar un poco al principio.
En cuanto a sus próximos desafíos, la campeona va a estar participando en el Mundial de Budapest, luego le quedan los Juegos Bolivarianos para después enfocarse en los Juegos Odesur a realizarse en nuestro país en octubre.
“Obviamente que vamos a estar peleando por la medalla dorada pero tener al país como local me emociona muchísimo, es la primera vez que nado como local y no le quiero decepcionar a nadie, así que voy a tratar de dar mi mejor posible para traer la dorada o una medalla, que con eso estamos super contentos”, exclama la joven.
Su familia y el apoyo de la gente
Desde el día uno sus padres estuvieron al pie del cañón para apoyarla. Para ella nada de esto hubiera sido posible sin ellos. “Mi papá siempre me apoyo, me vio como un futuro en el deporte, y luego cuando fui ganando, fui recibiendo apoyo de la Secretaria Nacional, Comité Olímpico, mi Federación, pero los que estuvieron desde el principio fueron mi mamá y mi papá”, alega.
Y continúa: “Mi vida es muy compleja, creo que ellos se ajustan a mis horarios y necesidades también y estoy super agradecida, por que cada vez que gano no es solo por mi, sino por ellos también”.
El vínculo que tiene Luana con su familia es muy sólido, cuando habla de ellos se emociona, lo hace con una gran sonrisa y un brillo especial en sus ojos. Sobre sus padres comenta: “Mi papá es todo, él sabe más que nada, me lleva a todos lados, me busca, me trae de la natación, es impresionante, mis logros son gracias a él, y no pude pedir otro papá en esta vida” y continúa: “Mi mamá me apoya un montón, es mi nutricionista predilecta y gracias a mis papás soy lo que soy hoy en día”.
Luego de los Juegos Olímpicos Luana empezó a sentir el apoyo y el cariño de la gente. Sus redes sociales empezaron a explotar de seguidores, tanto que le verificaron la cuenta de Instagram. La atleta explica que no hay nada más gratificante que representar a tu país y dejar la bandera en lo más alto del deporte.
“Antes de nadar lo primero que pienso es: ‘esto es por Paraguay’, y hay una foto cuando gané la medalla dorada hace poquito, ahí grité y saqué todos los sentimientos por que pensé: ‘pucha, le dejé a Paraguay en primer lugar”, rememora la nadadora.
Si hay algo que la motiva a dar el 101% en cada competencia son las ganas de superarse y por sobre todo no decepcionar a sus seguidores. Luana cuenta que el presidente del Comité Olímpico, Camilo Perez, fue a verla personalmente y a darle su apoyo.
“Se fue a verme en vivo y en directo, yo me acuerdo que estaba super nerviosa, no le quería decepcionar a él, todo los directivos, mi equipo multidisciplinario del Comité, dije: ‘bueno, no es solo por la bandera, sino por ellos también’”.
Alonso agradece el apoyo, incluso la ayuda económica que recibe por parte de la Secretaria Nacional de Deportes, el Comité Olímpico y su Federación, y si bien tiene muchos objetivos deportivos, anhela recibirse y poder trabajara de su carrera más adelante.
Por último, añade que sus sueños van en aumento, primero fue llegar a los Juegos Olímpicos, ahora anhela una semifinal y por qué no, una final. “Es para lo que nos vamos a preparar, estoy super cerca, estoy a punto de hacer la marca A y quiero ser la primera paraguaya que haga una marca A para unos Juegos Olímpicos”.
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