Si los ruidos cotidianos, a los que normalmente no damos importancia, te parecen insoportables y no puedes tolerarlos, probablemente padeces este trastorno poco conocido: misofonía.
Por: Verónica Giménez
“Odio al sonido” es la traducción literal de la palabra misofonía, que también se conoce como Síndrome de Sensibilidad Selectiva al Sonido (SSS) y se trata de una condición crónica en la que sonidos específicos provocan experiencias emocionales intensas y excitación autonómica dentro de un individuo.
La psicóloga Laura Cáceres indica que se caracteriza por experimentar emociones fuertes, como ira, disgusto, irritación, asco, miedo, ansiedad y ataques de pánico. También produce una respuesta física, como constricción muscular, aumento del ritmo cardíaco y de la temperatura corporal, y dificultades para respirar.
Esa baja tolerancia a determinados sonidos suele estar asociada a los de la vida diaria, como el golpeteo de dedos sobre una mesa, masticar, chasquear el bolígrafo o bostezar. Estos sonidos que se describen como insoportables para quienes padecen misofonía, generalmente derivan del comportamiento de otras personas y no cuando uno mismo los realiza, según demuestran ciertas investigaciones.
“Algunas personas intentan enmascarar los ruidos detonantes de la fobia con música, otras tratan de evitarlas. La misofonía puede llegar a tener consecuencias graves para el bienestar, puede dejar de relacionarse con su entorno, de involucrarse en actividades sociales e incluso llegar a abandonar el hogar. Y es que se sienten alienadas e incomprendidas porque se les suele tildar de histéricas o exageradamente sensibles”, explica.
Y agrega: “La persona experimenta sufrimiento y una disminución significativa de la calidad de vida. Los resultados más recientes señalan que la misofonía ocurre independientemente de otros trastornos”.
¿Qué dice la ciencia?
Este fenómeno se describió por primera vez en el año 2000 y desde entonces se han realizado investigaciones psicofisiológicas y neurológicas, pero todavía existen muchas interrogantes con respecto a la definición y los criterios diagnósticos.
La especialista en Salud Mental menciona que numerosas investigaciones encontraron datos que indican que la misofonía debe verse como un fenómeno multisensorial en el que los estímulos auditivos y en ocasiones visuales, son malinterpretados por el sistema nervioso central, también se la relaciona con el trastorno obsesivo compulsivo y la ansiedad.
“En la actualidad, no existe ningún tratamiento o cura para la misofonía, sin embargo, los profesionales pueden recomendar distintos tipos de técnicas terapéuticas para poder sobrellevarlo. Aunque no sean tratamientos en sí, enseñan a convivir con la misofonía. Asimismo, hablar acerca del problema que se padece puede ser de gran ayuda”, destaca.
Y como los tratamientos efectivos para la misofonía siguen siendo esquivos, Cáceres comenta que algunos especialistas utilizan mecanismos de afrontamiento para minimizar su exposición y respuesta a los estímulos desencadenantes.
Formas de combatir con la misofonía
La psicóloga comparte algunos trucos y terapias que podrían ayudar a sobrellevar las molestias que generan los sonidos, ya que hasta el momento no existe ningún tipo de tratamiento o cura específica.
“Evitar los ruidos que te molestan, cubrir los ruidos detonantes con tu música favorita, utilizar tapones para los oídos, practicar técnicas de respiración y relajación, limitar el consumo de alcohol, cafeína y otras sustancias que alteren tus sentidos. También es importante acudir a terapia cognitivo-conductual, ya que ayuda a mejorar la tolerancia a los ruidos, así como a aprender a controlar las reacciones emocionales negativas”, recomienda.
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