Dicen que “lo bueno viene en frasco chico” y esto aplica al sésamo, una pequeña semilla originaria de India y África que es una muy buena fuente de nutrientes, básicamente considerada un superalimento y te contamos por qué.
Para empezar, ayuda a disminuir el colesterol y a prevenir enfermedades del corazón porque posee ácidos grasos poliinsaturados que incluyen el omega 3 y 6. Gracias a que son ricas en lecitina, tienen el poder de disolver el colesterol y descomponer las grasas para su posterior eliminación.
Estudios científicos comprobaron que es un potente antioxidante, además de contener fibra, minerales y vitamina B y E, también es una gran fuente de proteína vegetal y muy versátil dentro de la gastronomía.
Cuando consumimos estas semillas estamos aportando a nuestro cuerpo lignanos solubles (fitoestrógenos), vitamina E, K y magnesio que brindan una protección contra todo tipo de cáncer. Su compuesto en zinc ayuda a la formación de colágeno, indispensable para el fortalecimiento de tejidos musculares, el pelo y la piel. También sus polifenoles tienen un efecto directo sobre nuestro cabello, estimulando su crecimiento y devolviéndole el brillo.
Por otro lado, los lignanos también ayudan a regular la hipertensión y a dilatar los vasos sanguíneos, su aporte de fibra regula el sistema digestivo, previene el estreñimiento y favorece la eliminación de toxinas. Estudios apuntan que previene la diabetes y también ayuda a controlar la enfermedad en aquellos que ya la padecen porque regula el índice glucémico.
Algo que no muchas personas saben es que tiene un poderoso efecto sobre la salud bucal. Tiene propiedades antibacterianas y astringentes que ayuda a prevenir enfermedades, también combate el streptococcus, una bacteria que puede causar un gran daño en la boca y otras partes del cuerpo.
¿Cómo consumirlo?
Normalmente vamos a encontrar semillas de sésamo en galletitas y panificado, pero se puede consumir de muchas maneras: en yogurt, ensaladas, agregando a diferentes preparaciones como sopas, guisos, pastas, incluso postres. También se puede optar por su aceite y darle un toque diferente a las ensaladas. Otra alternativa es el tahini, una pasta de sésamo que se puede puede untar o agregar a otras preparaciones como el hummus.
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