ActualidadConsiderada maestra de maestras, la invitada especial de Poderosas con Marilé Unger, traspasó la danza aportando a nuestro país en diversas áreas del arte y convirtiendo su nombre en un legado para las siguientes generaciones.
Por: Natalia Delgado
Además de bailarina, Sussy es docente, dibujante, diseñadora; una artista con todas las letras que dedicó más de 50 años de su vida a la presentación de espectáculos y a la formación de jóvenes dentro del mundo de la danza. En una charla amena, contó en Poderosas sobre sus inicios, su amor por el arte, la docencia y los sueños que aún le quedan por cumplir.
La artista recuerda que tenía tan solo tres años cuando su mamá la llevó a clases de baile, y en ese tiempo no existía una academia de danza en Asunción, por lo que dependían de docentes que venían del exterior por temporadas para enseñar.
“Me llevó a partir de los tres años sin parar. A los ocho entré con la profesora Reina Menchaca, con quien me recibí y bueno, cuando ya de adolescente me di cuenta que me gustaba mucho bailar”, detalla Sussy.
Bailar era un escape, cada vez que estaba en la pista al son de las melodías podía sentir que se sumergía en un espacio lejos de las preocupaciones. “Me olvidaba de cualquier problema que tenía, si estaba enojada por algo. Me iba a bailar y me olvidaba totalmente, para mi era algo que me desconectaba y me zambullía en ese mundo”.
Cuando cumplió 14 años, Sussy ya era dueña de su propia escuela de baile. Además de enseñar danza, empezó a incursionar en la actuación, formó su propio grupo de baile, diseñaba y enseñaba dibujo. La bailarina remarcó que fue en ese momento en el que se dio cuenta que el arte era lo suyo y que a eso se tenía que dedicar. También que al principio no fue fácil, pero que contó con el apoyo que necesitaba.
“Al principio me costó, porque las alumnas te caminaban por el techo y yo era muy joven, entonces como que me acobardé y ahí entraron mi madre y mi tía Irmina, la hermana de mi mamá. Las dos me hablaron para que yo entre a enseñar, me decían que la docencia es algo que parece aburrido, pero que es muy satisfactorio cuando después cuando ves el fruto del trabajo que estás haciendo. Ahora sos muy joven pero después me vas a dar la razón, me dijo mi tía y así fue”, recuerda.
El arte es sinónimo de libertad
Cuando Sussy baila se siente libre y lo expresa como: “libertad de todo”. Reconoce que es una de las cosas que más disfruta, incluso comentó que se casó con un bailarín y que siempre que pueden bailan, porque es lo que más les gusta hacer. También dijo que para ella el arte en general es muy importante y que la gente debería ser consciente de eso.
“El arte libera. La creatividad hay que tenerla todos los días, hay que ser creativos en algo, porque eso te eleva, te hace sentir bien, no solamente a la mujer, al hombre también. El sentarse en una buena mesa, bien decorada donde da gusto estar, y también los espectáculos, en teatro, en la calle, en todas partes. Hay que dedicarse al arte, sinceramente, el arte construye, eleva, sana y salva”, resalta.
Maestra de maestras
En sus años como docente y habiendo empezado tan joven, Sussy se ganó el cariño y reconocimiento de muchísimas personas, pero especialmente de sus estudiantes. En la actualidad, muchos de ellos se destacan en las tablas nacionales e internacionales y para ella es una inmensa satisfacción verlos formados.
“Me siento muy bien, me gusta muchísimo enseñar, por supuesto bailar me gustó siempre, pero llega un momento en el que tenemos que ponernos a un lado para que las alumnas que formamos realmente se luzcan y puedan mostrar todo lo que ellas saben”, agregó.
Y continúa: “La enseñanza de la danza en Paraguay no para de crecer, vamos avanzando. Y estoy feliz sobre todo cuando veo a las alumnas que formamos ser bailarinas versátiles, que bailan de todo, ver eso es maravilloso. Es una satisfacción inmensa que sentimos”.
La docente dio su opinión sobre la danza y el género, contó que antes había prejuicios sobre los varones que querían bailar y puntualizó que los hombres deben saber hacerlo. “En este momento están muchísimos jóvenes estudiando danza, anteriormente había como un estigma de que el hombre en sí no tenía que bailar, solamente era una actividad para las mujeres, pero eso se está superando poco a poco y ahora tenemos a muchísimo varones que están bailando, incluso, par a par con las mujeres”.
Sueños que quedan por cumplir
Durante sus años de trayectoria Sussy viajó y bailó alrededor del mundo, compartió escenario con grandes artistas y se codeó con personas de renombre. Estuvo en el primer programa inaugural de canal 9 y también participó de “Bailando Por el Mundo” en Mexico.
Durante su juventud también incursionó en la música, ejecutó la guitarra y hasta fue vocalista de un grupo de rock. Otra de sus actividades fue la natación y llegó a llevarse el récord nacional en pecho y espalda. Única y multifacética, incursionó en el diseño, mostrando creatividad desde su propia imagen. Se convirtió en esposa, madre y abuela, pero aún le quedan proyectos por cumplir.
“Bueno, me gustaría tener un teatro como tiene Carlos Vives en Bogotá. Él tiene un teatro de tres pisos y el escenario es como un café, pero los pisos son como palcos o balcones donde la gente, de acuerdo a que piso está, cena o come bocaditos. El lugar es maravilloso, bien decorado y con recuerdos de grandes artistas en las paredes. Las mesas son de repente como si fueran un elemento de batería, fantástico es, eso me encantaría”, anhela Sussy.
A sus colegas
Para finalizar la entrevista, la artista dejó un mensaje muy importante a sus pares de oficio y un deseo para reflexionar: “En primer lugar quiero felicitarles por haberse dedicado a esta profesión, el enseñar eleva. Somos formadores de seres humanos y debemos educarles no solamente en la profesión, sino en la forma de vida, en la paz. La paz construye, la paz que nace de la justicia y la libertad por supuesto, y debemos formarlos no solamente para que sean grandes artistas, sino para que también puedan acoger a la gente, enseñar y dar todo su amor a las personas”.
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