El sobrepeso está asociado a varias circunstancias de salud, por ejemplo, hipertensión arterial, diabetes, problemas óseos y articulares, entre otros. Tener un peso saludable va más allá de una cuestión estética y muchas personas se ven desafiadas a cambiar sus hábitos para poder bajar de peso.
Por: Natalia Delgado
Si bien adquirir ciertos hábitos alimenticios a largo plazo ayudan a paliar este problema, muchas veces las personas se sienten estancadas y esto se debe a que durante sus controles médicos, la báscula no muestra los resultados esperados. Entonces ¿por qué dejamos de adelgazar aunque hagamos bien la dieta?
“Se llama meseta: cuando pasa esto el cuerpo se estanca, entonces se busca cambiar el estilo de dieta. Por ejemplo: si estas haciendo una dieta convencional se implementa una dieta keto o low carbs (baja en carbohidratos) y ahí hacemos que el metabolismo se re active, empiece a quemar de nuevo grasa y bajes de vuelta. Esto se hace entre un mes a máximo 3 meses y ahí volvemos al estilo anterior”, explica la Licenciada en Nutrición Elena Araujo.
“El cuerpo se acostumbra al estilo de alimentación y como siempre le das la misma cantidad llega un punto en el que ya no gasta tanto y es ahí donde se mantiene el mismo peso”, agrega la Lic.
A muchas les ha pasado de seguir una dieta equilibrada y empezar a bajar de peso a toda velocidad, pero luego de unas semanas, el cuerpo deja de mostrar resultados y la persona se desanima, tanto que cae en viejos hábitos alimenticios y tiene un “efecto rebote”, no solo aumenta los kilos perdidos, sino que incluso puede llegar a subir un poco más del peso inicial.
La actividad física que acompaña el proceso
Lo mejor es no desesperarse y ser consientes de que los cambios que se están realizando no solo favorecen a la pérdida de peso, sino también a la salud en general. Si en tu caso, solo haces dieta y no ejercicio, un modo de estimular tu organismo también es haciendo actividad física.
La especialista explica que si gastamos la misma cantidad o más de energía que consumimos, nuestro metabolismo trabajará de forma armónica llegando al objetivo deseado. Pero si solo hacemos una dieta restrictiva y mantenemos una vida sedentaria, esto hasta podría ser perjudicial.
Una dieta restrictiva a largo plazo puede derivar en pérdida de masa muscular y ósea, tener menos energía para enfrentar las actividades del día, déficit nutricional, efecto rebote y por sobre todo, ralentiza el metabolismo.
Otro punto a destacar de la importancia de mantener una dieta equilibrada con seguimiento de un nutricionista y hacer actividad física, es la producción de hormonas de nuestro cuerpo. Durante la “meseta” nos frustramos por querer ver resultados rápido y esto favorece la producción de cortisol en el cuerpo, hormona que nos estresa y engorda.
¿Qué podemos hacer si nos estancamos?
No desesperarse, cada cuerpo es diferente y tiene su propio proceso de adaptación a los cambios, ir más lento no quiere decir que no lleguemos a la meta.
Seguir un régimen indicado por un especialista, y que sea la nutricionista quien indique los cambios a seguir para llegar al objetivo deseado.
Dormir bien, tratar de no estresarse pensando en bajar de peso constantemente.
Y entrenar al menos 3 veces por semana.
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