Aunque algunas personas usen este término “en broma” para no asistir a algún evento o abandonar reuniones, la ansiedad social existe y muchas personas lo padecen. Por eso, hablamos con una Licenciada en Psicología que nos explica.
Para saber de qué se trata, primero debemos empatizar e imaginarnos que estamos en una situación: tenemos que dar un discurso importante frente a muchas personas o realizar algo donde una multitud nos observe ¿Qué te genera? Una persona sin esta afección siente nervios y es normal, incluso se puede sudar un poco y sentir las famosas “mariposas en la panza”.
Pero “cuando una persona sufre de ansiedad social, esta situación es inconcebible, de solo pensar en enfrentar esa situación experimentan sensaciones físicas de malestar”, explica Alessandra Rojas, Licenciada en Psicología.
“Se refiere al temor intenso y persistente a ser observado y juzgado por los demás, lo que conduce a que la persona se aísle y hasta tenga problemas para cumplir con tareas básicas diarias”, agrega.
Cuando una persona con ansiedad social está en una situación estresante, puede tener diferentes síntomas: “sudoración excesiva, falta de aire, mareos, malestar estomacal, pulso cardíaco acelerado, temblores, sentir la mente en blanco al exponerse a situaciones de interacción o de solo pensar en hacerlo; constantemente se sienten miedo a ser juzgados, humillados o temor por hablar con extraños”, explica la especialista.
Aunque parezcan “episodios” de ansiedad, esta patología tiene otras consecuencias. Además de lo mencionado anteriormente, hay una tendencia al aislamiento; la persona deja de asistir a reuniones sociales, fiestas, cumpleaños, incluso puede suceder lo mismo en eventos laborales.
“Evitan ser el centro de atención y no sobresalir en ningún ámbito, tampoco hacen contacto visual, ni entran en una habitación donde todos están sentados, entre otros escenarios. Todo esto dificulta muchísimo que la persona pueda mantener un ritmo y actividades normales a lo largo del día”, explica Alessandra.
¿Por qué se desarrolla ansiedad social?
“Distintos rasgos de personalidad pueden predisponer que una persona la desarrolle, también sus experiencias a lo largo de la vida. Suelen, en su mayoría, desarrollarse en la adolescencia, un período que de por sí difícil, donde podemos estar más susceptibles a situaciones de exposición y bullying que dejan ‘marcas’ y que pueden empeorar con el tiempo”, alerta.
¿Cómo ayudar a una persona que lo padecen? “Es importante no minimizar los sentimientos del otro. Con la intención de ayudar, uno puede decir ‘no es para tanto’ o ‘nadie te mira’ y eso intensifica la inseguridad. Lo ideal es hacer ejercicios de respiración profunda en un momento de crisis y alejarse de las multitudes. También es muy importante incentivar la búsqueda de ayuda profesional”.

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