Es una herramienta muy práctica que se encuentra en muchos gimnasios. Sirve para realizar automasajes y, además de ser de bajo costo, mejora la recuperación muscular luego de una sesión de entrenamiento.
Es un cilindro duro y acolchado por fuera que se conoce como “rodillo de yoga” o “rodillo miofascial” (en fisioterapia). Ocupa poco espacio, es ligero y fácil de transportar. Fue creado para que las personas pudieran realizarse automasajes utilizando el propio peso corporal. Se coloca sobre el suelo, a la altura del cuerpo que se desee masajear: piernas, espaldas, incluso brazos.
El cuerpo se recuesta por encima y se mueve de forma ascendente y descendente, para que el cilindro se mueva y masajee la zona deseada. La presión que se ejerce sobre la zona sumado al continuo movimiento, estimula los receptores internos.
Es una herramienta práctica que se puede tener en casa para usarla en cualquier momento. Aunque la finalidad sea masajear para relajar y favorecer la recuperación muscular, cuenta con otras virtudes.
- Contra la rigidez articular: Su uso ayuda a estirar las articulaciones; generalmente pasamos mucho tiempo en la misma posición - trabajando frente a la computadora, por ejemplo- y después sentimos sensación de rigidez en el cuerpo. Usarlo a diario ayuda a combatir este problema y a prevenir la pérdida de movilidad.
- Recuperación post entrenamiento: Esta es la principal razón por la que se invierte en el foam roller. Es excelente para usar luego de entrenar y relajar el cuerpo, además, ¿a quién no le gusta un buen masajito en las piernas después de correr o la espalda después de entrenar?
La mayor virtud es que promueve la recuperación muscular después de realizar una rutina intensa. Al estirar los músculos se activan receptores que inician el proceso de renovación, de esta manera evitamos los calambres y molestias posteriores.
- Automasaje: de nuevo, a todas nos gustan los masajes, son relajantes y nos generan sensación de bienestar; el problema es que no siempre tenemos quien nos haga este mimo y con el foam roller se soluciona este detalle. Podemos controlar la presión que se ejerce, la duración del masaje y, por sobre todo, no depender de nadie.
Si nunca usaste el “rodillo de yoga” es importante empezar por zonas grandes, como las piernas, y realizar los automasajes usando una presión leve y progresiva. Si se tienen dudas de cómo emplearlo, lo mejor es consultar con un especialista en el tema como, por ejemplo, un kinesiólogo y/o entrenador personal.
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