Que un niño de 3 años sepa desbloquear la pantalla de un celular, no es noticia que hoy soprenda. Los nativos digitales crecen creyendo que los aparatos electrónicos son parte fundamental del día a día. ¿Están dispuestos los padres a criar desde los términos de la cultura 2.0?
Por: Micaela Cattáneo
El debate está instalado. Mientras especialistas en primera infancia aseguran que no existen materiales tecnológicos de vital importancia en esta etapa; ya que hay otras necesidades básicas como la alimentación, la contención o el juego libre e imaginativo, expertos en estudios de desarrollo humano sostienen que los niños que interactúan con la pantalla desde temprana edad, cometen menos errores y aprenden a un ritmo más acelerado. Pero, en esta disyuntiva: ¿Quién tiene la razón?
En Paraguay, no hay estudios que provean cifras exactas sobre el uso de la tecnología en menores de cinco años; sin embargo, a partir de una estadística proporcionada por la Secretaría Nacional de Tecnologías de la Información y la Comunicación (SENATICs), donde se afirma que el 97,1 % de los adolescentes paraguayos -de entre 13 y 17 años- utilizan un teléfono inteligente, se llega a un patrón que sintetiza cuánta vida virtual hay, actualmente, en la niñez: "A menor edad, mayor manejo y frecuencia de la tecnología".
Lo cierto es que los nativos digitales desarrollan capacidades que, anteriormente, no se presentaban en los primeros años de vida del niño; mismas habilidades que confirman cómo el cerebro evoluciona ante cada generación. "Se adaptó a las variantes, cambios y mejoras en la escritura y, evidentemente, en los últimos años, a la comunicación digital", empieza Cielito Miranda, especialista en Atención Integral a la Primera Infancia de la OEA (Organización de los Estados Americanos).
"En esta adaptación -continúa- las cortezas motora y premotora del cerebro toman el control, por eso los niños de hoy son más hábiles y rápidos, porque se relacionan con la tecnología desde que están en el vientre de la madre. De igual forma, considero que su uso durante la primera infancia no es trascendental para el desarrollo cognitivo".
De hecho, en Estados Unidos, los hijos de los líderes de Sillicon Valley -zona donde se alojan las mayores corporaciones de tecnología como Apple, Google y Yahoo- asisten a escuelas en las que los ordenadores no tienen cabida y hay una fuerte campaña para una vuelta hacia "las tareas hechas a mano".
Según Beverly Amico, coordinador de las Waldorf de Norteamérica -escuelas que utilizan pedagogías que estén relacionadas al mundo real y no al tecnológico-, comentaba en una entrevista para The Guardian: "Los estudiantes criados con tecnología presentan a menudo poca disposición para pensar de forma distinta y resolver problemas".

Los pro y contra

Los nativos digitales crecen en un entorno donde el término "tecnología" ya no sólo comprende pantallas de un televisor o un ordenador, sino también las de una tablet o un smartphone. "Que tu hijo menor de dos años utilice una pantalla no tiene por qué ser necesariamente tóxico, no lo va a volver un idiota. Pero sí existen ciertas desventajas potenciales que todo padre debería considerar como parte de su propio análisis de riesgos y beneficios", explicaba Michael Rich a El País, profesor de Pediatría en la Facultad de Medicina de Harvard.
Según Miranda, a cargo de la Ludoteca Club Perler, los niños y las niñas con sobreestímulo digital tienden a almacenar informaciones sólo de interés para su placer inmediato, en vez de contenidos que generen conocimientos que le permitan razonar. "Los procedimientos se vuelven repetitivos", señala.
Y agrega: "A diferencia de un niño que observa láminas de un libro, participa de una obra de teatro o comparte un juego libre, el cual genera procesos de aprendizajes basados en emociones reales, los menores que mantienen contacto permanente con una pantalla tienden a manifestar deficiencias en el desarrollo cognitivo y hasta comunicarse a través de sonidos guturales parecidos a los de los juegos o a expresar enojo por medio de actitudes agresivas".
La Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría establecen que los bebés de 0 a 4 años no deben tener ningún contacto con dispositivos portátiles; los niños de 4 a 6 años deberían usarlos durante una hora por día; mientras, los de 6 a 18 años, dos horas por día. "La tecnología puede ser una herramienta útil e interesante si se utiliza en el lugar adecuado para ayudarnos a aprender, y no todo el tiempo ni como reemplazo de otras cosas", aclaraba Helen Moylett, presidenta de la Fundación Early Education a la BBC.
"Cuando el niño o la niña empieza su vida social es víctima, en la mayoría de los casos, de las relaciones basadas en recompensas y castigos, a los que pronto su cerebro se acostumbra y desde donde encuentra comodidad. Pero, a pesar de la utilidad que representa la tecnología, los padres deben velar por el correcto uso que los niños hacen de ella", reflexiona Cielito.

La comunicación del futuro

"No los estamos convirtiendo en genios, sólo los ayudamos a tener un poco más de información", respondía la profesora en estudios del desarrollo humano y familiar Heather Kirkorian a la BBC para el artículo Tecnología, ¿beneficia o perjudica el desarrollo de los niños?
Sobre el punto, la especialista en primera infancia responde: "Los nativos digitales que no tienen acceso a actividades culturales y encuentros reales (no virtuales) son presas de problemas en los aspectos emocionales o de socialización. Al tener movilidad restringida a corta edad, crean retrasos en el desarrollo, afectando negativamente su alfabetización y un muy bajo nivel de aprendizaje".
"La tecnología puede dar una falsa ilusión de pertenecer y estar en contacto sin estar construyendo intercambios sociales y emociones reales", prosigue. Y las palabras del científico Tim Smith se suman al análisis que hace: "Un iPad carece de los matices sociales en tiempo real que contribuyen al desarrollo del lenguaje. La tecnología puede hacer a veces de niñera, en lugar del aprendizaje cara a cara. Aunque no siempre se disponga del tiempo, los niños siempre aprenderán mejor de la gente".
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