Nada de complicarse la vida. Con solo tres ingredientes podés crear el desayuno o la merienda perfecta.

Por: Juan Ángel Monzón

Separar las claras de las yemas en dos recipientes distintos. Batir las claras con unas varillas, a velocidad baja. Cuando empiecen a espumar, sin dejar de batir, añadir poco a poco la mitad del azúcar. Continuar batiendo durante unos seis a ocho minutos más, a velocidad alta hasta conseguir un merengue firme.

A continuación, sin necesidad de lavar las varillas, batir las yemas junto con el resto del azúcar. El color cambiará, se volverán pálidas y también aumentarán en volumen por la cantidad de aire incorporado. Parar de batir cuando las varillas dibujen un trazo en las yemas.

Añadir la harina tamizada y las claras batidas, al recipiente con las yemas. Realizar esto de forma alterna y en tres partes, integrando la harina o las claras con movimientos envolventes y mucha suavidad. No añadir el ingrediente siguiente hasta el anterior no esté bien incorporado.

Cubrir con papel vegetal la base de un molde de 18 cm de diámetro y paredes altas. Verter la mezcla en su interior y alisar la superficie. Introducir en el horno, precalentado a 160 grados con calor arriba y abajo. Hornear durante 35 a 40 minutos o hasta que se vea bien cocido.

El tiempo de cocción dependerá del horno que se tenga, al igual que la temperatura, que puede variar 10 grados arriba o abajo. Una vez retirado el bizcocho del horno, dejar que se atempere antes de desmoldar.

Para esta crema de café, el ingrediente secreto y con el que se debe tener especial cuidado es el agua, que debe estar helada. Después sólo lleva azúcar y café soluble. Se puede disfrutar sola, en postres o como rellenos de tortas y bizcochuelos.

Colocar todos los ingredientes en un bol y con la ayuda de una batidora de varillas, batir durante cuatro minutos.

Para hacer postres con esta crema, se puede incorporar dulce de leche, nueces, caramelo líquido, galletas trituradas, chocolate rallado, chocolate líquido, crema batida y trozos de frutas.

Mezclar el coco rallado con la leche condensada hasta obtener una masa homogénea. Es importante que no se humedezca sino que la preparación se conserve seca. Para evitar humedecer la preparación, es importante ir agregando la leche condensada de a poco y así poder controlar la consistencia de la masa.

Una vez que la preparación esté lista, llevar al congelador durante 30 minutos. Al cabo de este periodo la masa se compactará aun más. Así será mucho más sencillo manejarla con las manos.

Tomar una porción de la masa con las manos y realizar bolitas del tamaño de un bombón. Al finalizar, llevarlas al congelador nuevamente durante 10 minutos. Mientras tanto, derretir el chocolate a baño de María para cubrir las bolitas.

Retirar la preparación del congelador para sumergir cada bolita en chocolate. A medida que estén listas, se recomienda llevarlas a la heladera para evitar que se derritan.

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