Una rutina sólida para el cuidado de la piel también implica lavarse el cuello, una parte del cuerpo que no se incluye mucho en las rutinas de limpieza facial y que los dermatólogos quieren cambiar eso lo antes posible.
Para empezar, piensa en todo el maquillaje que cae ahí abajo, incluso si es solo la lluvia de todos tus polvos. “Muchas mujeres usan maquillaje en el cuello para combinarlo con el resto de su rostro. Debido a que el cuello tiene glándulas sebáceas al igual que el resto de la cara, también está sujeto a brotes “, dice Gretchen Frieling, dermatopatóloga.
Cuando no te lavas el cuello, los brotes son el menor de tus problemas. “Cuando las personas no se limpian el cuello, tienden a tener un ‘cuello oscuro’”, dice la Dra Frieling en un reporte a Well + Good. También conocida como dermatitis neglecta, una afección en la que cosas como el maquillaje, el sudor, la suciedad y las bacterias se acumulan en el cuello, lo que hace que la piel se vuelva uno o dos tonos más oscura que el rostro.
¿Cómo lavarse el cuello como un profesional?
Paso 1: Limpiar
Limpia el cuello con una leche limpiadora o un limpiador suave varias veces a la semana, para asegurarte de que no haya acumulación de piel ni suciedad. También podes usar un tónico suave y una bola de algodón para quitar la suciedad y los restos de maquillaje que aún puedan quedar.
Paso 2: exfoliar
Exfoliar el cuello una vez a la semana para eliminar la piel vieja de la superficie. Puedes facilitarte las cosas simplemente exfoliando tu rostro y cuello en la ducha al mismo tiempo. Un exfoliante casero fácil que se puede preparar en poco tiempo es: azúcar morena con un chorrito de limón y una cucharadita de miel. Masajear suavemente con ello para eliminar las células muertas de la piel, luego enjuagar bien. El limón tiene un efecto de brillo natural que puede ayudar a disminuir la apariencia de la piel oscura.
Paso 3: hidratar
Hidratá el cuello de la misma manera que hidratas tu rostro. Convertílo en un hábito al no detenerte en la barbilla y continuar bajando.
Paso 4: aplicar protector solar
Muchas personas se olvidan de protegerse el cuello no aplicándose SPF (factor de protección solar), lo cual no tiene sentido. Al igual que la cara, el cuello está expuesto a sustancias químicas y contaminantes ambientales durante todo el día. Si tenes una cara de aspecto joven pero un cuello envejecido, es un claro indicio.






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