La exfoliación puede resultar confusa si se tiene acné. Por un lado, si no exfolia, la obstrucción de los poros podría generar más espinillas. Sin embargo, si solo te exfolias cuando tenes brotes, corres el riesgo de provocar gran irritación.
Qué no hacer al exfoliar la piel
El dermatólogo Todd Minars, arroja más luz respecto a esto: “La exfoliación no debe exagerarse: los pacientes terminan creando brotes o un ciclo de retroalimentación negativa de los problemas que están tratando de remediar exagerando”, dice el especialista. En cambio, recomienda comenzar lentamente (una vez a la semana) y solo aumentar la dosis según la respuesta de tu piel.
Todos hemos sido culpables de fregar la cara un poco más o con más frecuencia de lo necesario creyendo que estamos limpiando nuestra piel más a fondo. Mala acción. Muy mala. Lejos de ayudar a la piel, una exfoliación muy intensa la secará, dejará enrojecida y adolorida. Si ves que tu piel se vuelve demasiado seca, reducí de inmediato la cantidad de veces que te exfolias, volvé a intentarlo la próxima vez pero siendo más suave.
El exfoliante ideal
Elegir un exfoliante a base de ácido salicílico es una buena idea, se promociona en el mundo de la belleza como el mejor amigo del acné, y por una buena razón. “El ácido salicílico rara vez irrita y es lipofílico, es decir, corta el aceite en el folículo piloso de la piel propensa al acné”, señala Minars en un reporte de Well + Good.
Exfoliar suavemente también es una regla importante para cumplir al pie de la letra. Como probablemente ya sabes, un tratamiento abrasivo para tu piel podría causar manchas, aumentar la sensibilidad o incluso la inflamación. Evitar exfoliantes con microesferas es una prioridad, ya que son demasiado abrasivos.
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