Hacerse una revisión general, un control médico anual y realizarse estudios clínicos específicos ayudarán a prevenir enfermedades o tratarlas a tiempo. Así lo indica la doctora Norma Arévalos, especialista en nefrología.
La profesional médica del departamento de Nefrología de Adultos del Hospital de Clínicas explica que es importante consultar con el médico clínico para el control rutinario del adulto sano. “Es el momento de hacer ese chequeo general y exámenes rutinarios, con los cuales el médico podrá verificar si existe algún hallazgo casual y tratarlo de forma oportuna”, menciona.
Es importante realizar una ecografía abdominal, renal, ecocardiograma, electrocardiograma y análisis laboratoriales. Para los hombres mayores de 40 años, es buen momento para controlarse con una ecografía vesico-prostática. Para las mujeres, están a tiempo de realizarse el control ginecológico, mamografía y la ecografía tiroidea.
Para la doctora es primordial que la persona con diagnóstico de diabetes consulte periódicamente con el especialista y así controlar su nivel de glucemia. Esto debido a que, si no está bien atendida o medicada, puede dañarse el riñón y producir una nefropatía diabética.
La nefropatía diabética es una complicación grave de la diabetes tipo 1 y 2. También se la llama enfermedad renal diabética y afecta la capacidad de los riñones de hacer su trabajo habitual de eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo. La mejor manera de prevenir o retrasar la nefropatía diabética es mantener un estilo de vida saludable y controlar de manera adecuada la diabetes y la presión arterial alta.
“Generalmente, el paciente ya acude con edema de miembros inferiores, con hinchazón de párpados; asimismo orina con mucha espuma, que son señales que deberían llamar la atención porque no son normales”, lamenta la doctora.
Por la orina se desechan proteínas y normalmente hasta 140 miligramos en 24 horas, pero si es mayor a eso puede ser ya una inflamación del riñón, lo que podría tratarse de una nefritis o nefropatía diabética. “A veces uno no sabe que está con la presión arterial elevada o alguna otra patología como glomerulopatía, vasculitis, lupus o poliquistosis renal, por eso es importante la consulta o control anual con el médico”, indica la nefróloga.
Ella también recomienda llevar una dieta saludable, hidratarse, consumir frutas, verduras y no excederse con el consumo de carne roja. Variar con carnes de pescado o pollo para tener una alimentación sana y balanceada. Por supuesto que, en caso de necesidades más específicas, lo ideal es consultar con especialistas en nutrición.
“Es fundamental que la persona consuma agua entre dos a tres litros por día, no abusar con productos azucarados, sean sólidos y líquidos y no consumir productos carbonatados”, cierra la profesional.
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