Sentirnos bien y en armonía son sus principales características, y así como impactan en uno mismo, también repercuten en nuestro entorno. El bienestar emocional nos permite ser conscientes de nuestras capacidades para afrontar la vida de manera equilibrada.
La psicóloga Fátima López Moreira, en conversación con la revista VOS, explicó que abarca diferentes aspectos de nuestra vida, tales como la autoestima, hábitos alimenticios, calidad del sueño, e incluso nuestras relaciones interpersonales.
Como principal aspecto enfatiza la higiene del sueño, específicamente en esta etapa pospandemia, porque es este el que finalmente determina el estado de ánimo de la persona y lo vincula con sus emociones, siendo el resultado más positivo que negativo si el descanso fue sano e ininterrumpido.
“La persona debe identificar sus emociones. Tenemos que ver al ser humano de una manera integradora y cuidar todos los factores. Es importante que hable de sus emociones y no las reprima, tampoco debe estar sobre pensando, porque eso puede impactar en su autoestima y en cómo se desenvuelve en su entorno”, indicó.
La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones.
“Es muy importante aprender herramientas para identificar nuestro sentir, ya que nos solemos conectar a ellas solamente cuando estamos empezando alguna dolencia o cuando hay una crisis de angustia o ansiedad. Antes que esto inicie ya podemos parar si nos conocemos verdaderamente”, señaló.
Una de las sugerencias que expone la psicóloga es escucharse a uno mismo, de manera de equilibrar nuestra vida para gozar de una salud mental y emocional óptima. “La persona que tiene un bienestar emocional tiene una buena autoestima y se le nota. Generalmente no duda de sus decisiones y no sobrepiensa las cosas”, sostuvo.
“El bienestar emocional permite que uno tenga éxito en el ambiente laboral que se desempeñe porque está en armonía y tranquilidad, y esto sucede cuando manejamos nuestras emociones”, remarcó.
La persona sana emocionalmente no es la que no tiene problemas ni angustias, sino es aquella que sabe mantener su equilibrio, y esto va estrechamente relacionado con su interior, su confianza propia y sus capacidades para buscar soluciones si existiese alguna adversidad.
Es fundamental en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia hasta la edad adulta y la vejez, por eso la psicóloga recomienda algunos puntos para sentirnos bien y equilibrados:
- Identificar nuestras emociones y estar atentos en qué espacios surgen.
- Cuidar nuestra alimentación.
- Impulsar la calidad del sueño.
- Cuidar nuestras relaciones interpersonales.
- Evitar los excesos que puedan presentarnos.
- Involucrarnos mejor con nuestras propias emociones.
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