Para nosotras el cabello es muy importante. A través de él transmitimos al mundo nuestra personalidad, incluso nuestro estado de ánimo se ve reflejado en nuestra melena. Invertimos tiempo y dinero para que esté sano y fuerte, pero lo cierto es que la alopecia femenina va en aumento.
Por: Natalia Delgado
La alopecia es un trastorno capilar que tiene relación con la caída progresiva del cabello. Y aunque normalmente afecta más a los hombres y está relacionada a factores genéticos, en la actualidad muchas mujeres también padecen esta condición.
Todas las personas pierden entre 50 y 90 hebras de cabello por día, pero cuando la cuenta supera los 100, ya estamos hablando de alopecia. No necesariamente tienen que ser los cabellos de la cabeza, también incluye cejas, pestañas, axilas y otras zonas del cuerpo.
Esta condición esta dividida en seis variedades y las causas de cada una son diferentes, pero en particular hay tres tipos que afectan a las mujeres:
Areata
Esta es la más común en mujeres y la pérdida de cabello da lugar a parches ovalados en distintas zonas del cuero cabelludo. Esta puede aparecer en cuestión de días o meses, y ser recurrente, o sea, se el cabello vuelve a crecer volviendo a la normalidad, y en otro momento volver a aparecer. Si bien no hay causa definida, los factores que favorezcan la aparición de la areata son genéticas, trastornos autoinmunes, el estrés o factores ambientales.
Androgénica
Esta variedad afecta hasta al 50% de las mujeres en edad adulta, de 20 a 50 años. Ocurre principalmente por cuestiones genéticas pero también puede ser hormonal. Cuando los niveles de andrógenos aumentan y los estrógenos disminuyen, los folículos capilares se ven afectados y disminuye la producción y regeneración del cabello.
Frontal fibrosante
Es la pérdida gradual del cabello en la zona frontal de la cabeza, es decir, el cabello nace cada vez más alejado de la linea de la frente. Los expertos en salud capilar no han podido encontrar las causas de esta afección, pero la principal hipótesis está relacionada a cambios hormonales, la menopausia y el estrés.
Si bien el factor principal de la caída del cabello es la genética, también hay otros que pueden influir, por ejemplo, los niveles de estrés están muy relacionados a este problema, los peinados que usamos, más cuando nos recojemos el cabello y lo tensionamos hacia atrás; el uso de cascos, gorros y, por último, los hábitos: el descanso y la alimentación.
Hay muchos remedios caseros que nos pueden ayudar, incluso mejorar nuestro estilo de vida, pero lo mejor siempre es consultar con un especialista, apenas notemos cambios en la densidad de nuestra melena y que sea este quien nos indique un tratamiento personalizado.
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