El exceso de información y los estándares de belleza establecidos hacen que, muchas veces, las personas se equivoquen en cómo accionar. Una especialista nos detalla los errores frecuentes y por qué es tan importante la consulta médica para tratarlo.
Esta afección cutánea es muy común, tanto que aproximadamente el 80% de los adolescentes y el 40% de los adultos lo padecen. El punto crucial está en que las personas lo asocian más con un problema estético que una enfermedad, explica Fernanda Ivaldi, especialista en Cosmetología, Cosmiatra, Técnica en tratamientos capilares, Maquilladora, Asesora de imagen y Nutricionista.
“Existen diferentes tipos de acné, algunos casos como el acné conglobata o fulminans pueden ser tan grave, que pueden llegar a poner en riesgo la vida del paciente”, puntualiza la especialista.
Ivaldi explica que la forma más común y popular que se utiliza para diferenciar o clasificar esta afección se da etiquetándola según la edad: acné del bebé, del adolescente, adulto, pero también se describe según la gravedad de los síntomas y otras veces, se agrupan las causas externas que provocan esta enfermedad en la piel, como por ejemplo, con el uso de cosméticos inadecuados.
El primer error y el más frecuente es normalizar este problema, es decir, las personas ven la condición que presenta su cutis y no les dan importancia creyendo que va a desaparecer solo, y por otro lado, experimentar con tratamientos sin supervisión y sin dimensionar que puede causar daños irreversibles o empeorarlo, argumenta Fernanda.
Los tratamientos parten de acuerdo a la necesidad de cada piel, no se trata por la edad biológica de la persona, que es el mayor error que frecuentemente se comete. “En base a un buen diagnóstico y revisión del historial clínico del paciente vamos armando el tratamiento acorde teniendo en cuenta factores como: su rutina, horario y campo laboral, horas de descanso, alimentación, etc. Creamos un tratamiento que sea llevadero y cómodo para el paciente ya que es un trabajo en conjunto: 50% sus cuidados en el hogar y 50% lo que realizamos en el consultorio para que verdaderamente haya resultados”, explica la especialista.
Las pieles perfectas no existen, sí pieles reales y pieles sanas, que es lo que la profesional explica que les inculca a sus pacientes. “Es sumamente importante acudir a un profesional para que te ayude a encontrar la causa del acné, cuáles son los factores que lo alteran y, por supuesto, la solución. Además del tratamiento, personalmente ofrezco una ayuda y contención a cada paciente, haciéndole saber que es algo común padecerlo y que hoy en día hay miles de procedimientos con el fin de mejorar esa condición”, agrega Ivaldi.
Respecto a los tratamientos caseros, la especialista apunta que ella no los recomienda, pero sí una rutina diaria con procedimientos básicos como, por ejemplo, utilizar un limpiador apto para el tipo de piel, tónico y protector solar. También destacando la importancia de la constancia y la disciplina, ya que algunas personas dejan de realizarse los cuidados porque se les acabó el producto o ven los resultados y piensan que ya no necesitan de un cuidado especial.
Y finaliza con una reflexión: “El primer paso siempre es la aceptación. Hay que aceptar que padecemos de esta condición y buscar ayuda. Siempre la clave es consultar a tiempo ya que el acné tiene tratamiento, no se cura, pero sí se controla. Además es muy importante para no tener secuelas como cicatrices, manchas o textura no uniformes que después son difíciles de contrarrestar”.
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