Esta afirmación ha sido estudiada e investigada por diferentes grupos de científicos y la conclusión siempre fue afirmativa. La música, además de ser una forma de expresión y estímulo, también ayuda a las personas a ser más inteligentes.
“Existen estudios que demuestran que los niños que aprenden a ejecutar un instrumento están mejor preparados para las matemáticas y los idiomas”, menciona Íñigo Pirfano, fundador y director titular de la Orquesta Académica de Madrid, en conversación con EFE.
El autor de “Inteligencia Musical” explica que la música no se trata solo de un lenguaje, sino de “un gran solucionador de problemas” y permite elevar nuestra conciencia individual, además de fomentar la comunicación.
Se ha comprobado que existe una diferencia entre las personas con formación musical y las que no, es decir, aquellos que aprendieron a cantar o ejecutar algunos instrumentos y aquellos que disfrutan de la música como espectadores.
Durante la investigación, realizada por la Universidad de Texas en Arlington, se utilizó tecnologías de electroencefalografía (EEG) y se midió las actividades neuronales. La diferencia que encontraron fue en las respuestas de los lóbulos parietal y frontal.
Los músicos superaron en respuestas neuronales medidas por EEG sobre las tareas relacionadas con la memoria de trabajo. Procesaron mejor los materiales lingüísticos, la percepción, atención y memoria. Esto lleva a la reflexión de una frase que dijo alguna vez Platón: “La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo”
En la misma línea de investigación y como dato curioso, otros científicos estudiaron el coeficiente intelectual de adolescentes y sus gustos musicales. En el estudio, realizado por la Universidad de Warwick, apuntaron que los estudiantes con mejores calificaciones preferían escuchar heavy metal para liberarse de sus emociones negativas y afrontar la presión académica. Incluso la 18th Annual Conference of the Association for Psychological Science de Nueva York, hizo la misma prueba y llegaron a conclusiones similares.
Como estas, hay muchas otras investigaciones que afirman que estudiar música mejora las funciones cognitivas, por eso, aprender un instrumento o inculcarles a los más peques del hogar el gusto por este arte, siempre es una buena opción saludable.
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