“La ansiedad es un exceso de futuro que no permite abordar el tiempo presente de una forma positiva y amorosa”, nos indica una profesional en psicología. Son varios los síntomas que pueden señalar que se está teniendo un ataque de ansiedad, y aquí te enseñamos cómo identificarlo.
“Normalmente quienes sufren de ansiedad se enfocan demasiado en el futuro, alentando pensamientos nocivos, especialmente combinados con la incertidumbre y el miedo”, amplía Dulce Pérez, Licenciada en Psicología.
Las causas de la ansiedad pueden variar, sin embargo, entre ellas están: “situaciones externas, rasgos de personalidad, genética, factores médicos, abstinencia a alguna sustancia; principalmente por no saber comprender, gestionar y re-condicionar las emociones”, describe la psicóloga.
Los síntomas van desde lo físico a lo psicológico. Por un lado, el miedo causa ansiedad y físicamente se puede sentir taquicardia, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, náuseas, dolor de estómago, angustia y cansancio.
A nivel psicológico, la persona padece miedo excesivo sin justificación alguna, agobio, preocupaciones extremas, ganas de huir, bloques mentales y temor a la muerte, aunque no haya peligro alguno.
“Cada persona es un mundo, por eso no todos padecen los mismos síntomas o la misma intensidad, depende mucho de la predisposición biológica y psicológica”, agrega Dulce.
¿Cómo darse cuenta que alguien está con una crisis?
“Normalmente se presentan los signos físicos más notorios: la falta de respiración y la sensación de ahogo. Otras veces, dependiendo de cómo la persona reaccione, no son notorios los síntomas pues la crisis se está produciendo internamente”, explica la licenciada.
Si notamos que una persona está con un ataque de ansiedad o nos pide ayuda, lo primero es mantener la calma, aunque no se sepa qué hacer. “Hay que acompañarla, pero sin agobiarla mucho”, sugiere la especialista y agrega que si él o la afectada consume alguna medicación, hay que preguntarle y ofrecerle.
También ayuda ir a un lugar tranquilo, ya sea un espacio abierto o cerrado, ofrecerle un vaso de agua y ayudarle a respirar de manera consciente. “Puede inhalar profundo, retener por unos segundos el aire y exhalar; esto va ayudar a desenfocar la atención y disminuir la tensión”, aclara Pérez.
Lo que decimos también influye, por eso, lo ideal es no atacar, juzgar ni preguntar. Lo mejor es la escucha activa y empática, si la persona quiere hablar genial y sino, basta con acompañarla.
“En caso de que se muestre con ganas de expresarse podemos preguntar, escuchar e inclusive, podemos describir cualquier elemento que tengamos enfrente, por ejemplo: un auto, qué color es, marca, si es buen vehículo o no, si consume o no, si el volante está cambiado o no, etc. Cualquier comentario que desenfoque la atención del ataque ayuda mucho”, realta.
¿Cómo prevenir los ataques de ansiedad?
“Abarca muchas actividades. Si fuimos diagnosticados con ansiedad, sería conocer nuestros límites, estar en lugares que aporten calma, respirar conscientemente, meditar, realizar ejercicios, sobre todo, hacer cosas que nos gusten y hagan felices, que nos aporten sensación de bienestar”, aconseja la especialista.

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