Es muy común forzar la capacidad de nuestro cuerpo con el consuelo que luego recuperaremos ese momento de descanso. A este mal hábito se le denomina sueño perdido y para nada se compensa con dormir horas demás.
Solemos creer que la déficit del sueño es reparable, sin embargo, varios estudios científicos comprueban que es una falsa sensación psicológica y que en realidad nuestras capacidades cognitivas continúan más bajas durante varios días.
Una investigación realizada por científicos del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, constató que cuando dormimos cuatro horas por noche durante cinco días, y luego recuperamos con ocho horas por noche la semana siguiente, los deterioros cognitivos residuales pueden seguir a pesar que no sintamos sueño.
Otro estudio médico publicado en la revista Sleep de la Sociedad de Investigación del Sueño de Chicago, Estados Unidos, demostró que las consecuencias del sueño escaso con recuperación de fin de semana en el grupo investigado se reducía cuando era algo sostenido a seis semanas.
Esto significa que cuando lo hacemos una semana o dos, el cuerpo reacciona peor que cuando se convierte en algo habitual, como el caso del estudio donde tras seis semanas las disminuciones en los dominios cognitivos ya fueron más leves.
Por otra parte, el médico estadounidense Walter Reed descubrió que las personas se recuperaban mucho más rápidamente de una semana de poco sueño cuando esta iba precedida de una semana perfecta que incluía noches con 10 horas de sueño.
¿Qué hacer si mi tiempo de descanso es breve, pero necesito rendir?
El especialista en sueño, Michael Breus, conocido en Estados Unidos como The Sleep Doctor y recomiendo algunas ideas para lograr un descanso reparador a pesar del limitado tiempo invertido. La primera de ellas es bañarnos con agua templada tirando a fría, porque el agua caliente baja la tensión y aumenta la sensación de cansancio.
Otra sugerencia es incluir en nuestro desayuno frutas, hidratos de carbono y proteínas, y no hacer pequeñas siestas. Según indica es preferible no dormir siesta ni tampoco irse a la cama más temprano, lo mejor es dormir en un horario normal.
También aconseja refrescar la cara con agua fría y dar pequeños paseos al aire libre si empezamos a sentir que se cierran los ojos durante el día. Como estos se resecarán por el sobresfuerzo de mantenerse tantas horas activo, conviene hidratarlos con gotas oculares.
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