Se trata de un estilo en el que sobresalen los colores creativos con brillo y aunque es muy parecida a la popularmente llamada “francesita”, tiene orígenes y procedimientos diferentes.
Fue en los noventa cuando esta técnica de manicura se elevó como tendencia y luego de muchos años volvió a resurgir, pero con un estilo más moderno.
En ese tiempo, la manicura americana era prácticamente igual a la francesa con puntas pintadas de un blanco menos intenso casi similar al tono de piel para verse más natural y favorecedor, pero conforme fueron pasando los años estableció su propia versión que actualmente está de moda.
En esta técnica también se utiliza una base más natural similar al tono de la piel y un blanco menos intenso. Se trata de no diferenciar tanto el blanco y el tono nude o rosa para conseguir un resultado que imita la apariencia de la uña si no llevase esmalte.
La idea es utilizar blanco marfil o beige y uno de brillo, tonos más suaves que los que normalmente se usan para hacer la manicura francesa. Estos colores de esmaltes rejuvenecen las manos y son súper versátiles al combinar con cualquier look.
La manicura americana es un diseño de uñas discreto que jamás aburre, ya que permite presumir las manos con una apariencia bien cuidada sin tener que retocarlas demasiado, ya que al ser un tono tan natural no se notará el crecimiento.
El paso a paso de la manicura americana
Primeramente debe eliminarse bien los restos de la manicura anterior con un quitaesmalte porque de quedar algunas sobras el color claro no resaltará como propone esta técnica. Luego, cortar y limar las uñas.
El siguiente paso consiste en preparar las cutículas empujándolas suavemente hacia atrás con la ayuda de un palito de naranjo usando su parte plana. También se puede aplicar una crema hidratante de manos.
Para aplicar el esmalte, se debe pintar toda la uña con una base transparente endurecedora de uñas. A continuación, pintar una línea recta en la punta de la uña usando un esmalte con un tono beige o marfil.
Esta línea se traza a pulso y para ello es recomendable trazarla de una sola pasada, desde un lado de la uña hacia el otro. Una vez que esté seca, aplicar una capa de esmalte rosado en toda la uña, cubriendo también la línea beige o marfil.
El tono de este esmalte debe ser lo más natural posible, por eso con una capa de esmaltees suficiente, pues si son dos el resultado será más superficial.
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