Si bien un vehículo de caja automática es más cómodo y fácil de conducir, el manual es todo un desafío y hasta resulta más económico. Conocé las ventajas y desventajas de ambas opciones.
Por décadas los motores de transmisión manual fueron los más populares entre los usuarios, pero con el tiempo la opción automática se impuso en el mercado automotriz, llegando a ser la opción predilecta de muchos.
Es posible que no siempre se consideren las cajas de cambios al comprar un auto nuevo, sin embargo, es uno de los puntos más importantes, ya que marca la diferencia en la forma en que se conducirá el vehículo, lo que conlleva a analizar varios factores.
Incluso muchos siguen apostando por la modalidad clásica porque un automóvil manual es más barato que uno automático, y aunque tenga un costo más elevado, el hecho de no tener que usar el pie izquierdo para pisar el embrague y la mano derecha para cambiar de marchas, hace que la conducción sea más confortable y se limita a arrancar el coche, acelerar y frenar.
Elegir la caja de cambios correcta de tu automóvil es una decisión muy importante, y cada tipo de transmisión tiene sus ventajas y desventajas, por lo que ya es una decisión personal decantarse por uno o por otro.
Ventajas y desventajas
Caja manual. Tiene el comportamiento que el conductor quiera darle. La decisión de cuándo y cómo cambiar de marchas, a qué revoluciones o cómo utilizar la caja de cambios para aprovechar el freno y motor depende solamente de quien esté detrás del volante.
Cuenta con mayor precisión gracias al control milimétrico que se puede dar al auto con la regulación del pedal izquierdo. Las maniobras a punta de gas en pendiente, especialmente anticipando los cambios, o bien, evitándolos.
Muchos dicen que conduciendo caja manual, uno siente mejor a su auto. Esto se debe a la función sobre los engranajes de la caja de cambios, donde reside el mayor encanto de los aficionados al motor.
Sin embargo, su mayor inconveniente es la necesidad de estar siempre pendientes de lo que ocurre con el motor. Afortunadamente la mayoría de los conductores lo tienen tan asimilado que los cambios de marchas se convierten en algo instintivo, pero hay situaciones como los embotellamientos o maniobras complejas en los que el pie izquierdo acaba pidiendo un descanso.
Por su estructura de construcción pero sobre todo por el uso incorrecto, los embragues de las transmisiones manuales tienen una mayor probabilidad de pasar por el taller debido a un uso excesivo.
Caja automática. La ausencia del tercer pedal y de la palanca de cambios permite centrarse únicamente en acelerar, frenar y dirigir el volante mientras el pie izquierdo descansa. Además, la técnica de esta opción evolucionó lo suficiente como para que las cajas de cambios de doble embrague o incluso las modernas de convertidor de par aproximen su funcionamiento al del conductor.
En la actualidad prácticamente todos los compactos se ofrecen con cajas de cambios automáticas en opción y no solo para las motorizaciones más potentes de la gama. Su popularidad está creciendo a medida que su funcionamiento se refina, hasta el punto que es realmente complicado encontrar deportivos potentes o superdeportivos con transmisiones manuales.
Los vehículos automáticos te salvarán de más de un apuro durante los embotellamientos. A fin de cuentas, la conducción se limita a arrancar el auto, acelerar y frenar. En el tráfico, donde tienes que iniciar y parar la marcha constantemente, tener un automático puede marcar la diferencia y evitar dolores en el brazo y las piernas.
En cambio, estos autos tienen más piezas móviles y mucha más electrónica, lo que incrementa el costo de reparación. Además, según manifiestan los expertos consume más combustible que uno de caja manual.
Y como el tacto es filtrado y en ocasiones un poco lento, hace que se pierda parte del aspecto personal de la conducción, por eso se los considera menos emocionales que el vínculo que se crea con el embrague y la palanca.
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