Cada tipo de piel tiene sus propias características y conocerlas te ayudarán a mejorar tu rutina de cuidado para lucir una piel saludable. Aquí te contamos cómo diferenciarlas.
Todos tenemos un tipo específico de piel, sin embargo, es difícil definirla ya que puede ser modificada por factores externos. Y es que existe la posibilidad que vaya cambiando a lo largo de la vida, ya sea por variaciones en el metabolismo o simplemente por el paso del tiempo.
No obstante, la piel puede ser clasificada en normal, seca, grasa y mixta, a esta última también se la conoce como sensible. Para identificar tu tipo de piel debes aprender sus características y cómo tratarla, ya que los productos para su cuidado no siempre son los mismos, incluso el proceso puede ser diferente.
Tener la piel normal significa mantenerla equilibrada y sin problemas incómodos. El equilibrio es generalmente el objetivo para todos los tipos de piel, pero en ocasiones la piel equilibrada experimenta brotes o falta de brillo. Una rutina adecuada de limpieza, exfoliación e hidratación puede mantenerla bajo control.
La piel seca se ve y se siente áspera y sin brillo, y a veces también aparece roja o escamosa. Los hidratantes y protectores son productos ideales para este tipo de piel, esto incluye limpiadores suaves, sueros hidratantes, humectantes ricos y aceites faciales para combatir la descamación.
Si tu piel produce exceso de sebo es probable que pertenezca al tipo de piel grasa y padezcas continuamente la aparición del acné. Los productos ideales para el cuidado de la piel de este tipo son los libres de aceite. Y por último, se encuentra la denominada mixta o sensible, que tiene características grasas y secas.
¿Cómo tratar la piel cuando es grasa y seca?
Tener la piel mixta requiere mayor cuidado, por lo que debes tratar cada zona de acuerdo a sus necesidades. Para iniciar, debes limpiar la piel en profundidad, evitar agua muy caliente o fría, de hecho se sugiere siempre utilizar agua tibia y luego aplicar productos libres de aceites.
En la zona “T” aplica cremas que no sean grasas y utiliza exfoliantes un par de veces a la semana, pero en las zonas normales o secas, usa productos hidratantes para evitar la irritación. Aprender los requisitos de cuidado de la piel para cada parte de tu rostro puede ayudarte a abordar los problemas de la mejor manera y lucir una piel más saludable.
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