Es casi seguro que no limpiamos nuestros aros con mucha frecuencia, incluso si ya nos molestan un poco, pero ¿sabías que tenemos limpiar y cambiarlos al menos una vez a la semana? Los dermatólogos nos explican el motivo.
“Si bien no es típico tener un problema médico cuando se deja los aros puestos todo el tiempo, es importante limpiarlos. Tu piel elimina naturalmente las células muertas. Si tus aros están siempre puestos, esa piel muerta puede acumularse alrededor del aro y puede permitir que se quede pegada en la piel y el aro“, explica la Dra. K. Roxanne Grawe, cirujana plástica.
Es poco probable que esto cause una infección, aunque señala que el tejido muerto puede comenzar a verse pegajoso, lo cual, es asqueroso.
¿Otra razón por la que deberías cambiar, o al menos limpiar, tus aros?
Dejarlos adentro durante demasiado tiempo puede crear algo llamado “queso de oreja”, que literalmente puede hacer que su piel huela muy mal. Según los dermis, los oídos proporcionan un ambiente cálido y encantador para que prosperen las bacterias, el aceite y las células muertas de la piel, y ese olor apestoso se debe a la acumulación de todo lo anterior. Entonces, si no te quitas y limpias tus aros con regularidad, ese mal olor solo empeorará.
Es por eso que la dermatóloga, Shari Sperling, recomienda limpiarlos al menos una vez a la semana, lo cual es suficiente para ayudar a “evitar la acumulación de suciedad y bacterias y prevenir infecciones, malos olores y escombros que se acumulan allí”.
¿Cómo limpiarlos?
Afortunadamente, el proceso es bastante fácil de integrar en La rutina. Todo lo que tenés que hacer es lavarlos con jabón y agua tibia, un hisopo con alcohol o un limpiador de joyas, luego dejarlos secar antes de volver a colocarlos en sus respectivos agujeros. “La idea principal es eliminar cualquier tejido que sea visible y limpiar el poste”, dice Grawe a Well and Good.
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