Como ya estamos en pleno verano y se comienzan a habilitar “la pileteada”, aquí algunas recomendaciones de especialistas para que nada se interponga con la diversión.
En el hemisferio sur ya estamos en pleno verano y empiezan a habilitar nuevamente las playas y piscinas. Y estos espacios que son compartidos pueden acarrear infecciones bacterianas y de otro tipo que podrían afectar la piel, los ojos, tracto oído-garganta; así como ser foco de problemas gastrointestinales.
En los cauces hídricos naturales son altas las probabilidades de que se pueden contraer infecciones dermatológicas, problemas gastrointestinales, afecciones en oído y garganta; así como infecciones e irritaciones en los ojos por presencia de bacterias y agentes contaminantes.
Igualmente, en las piletas que concentran gran cantidad de personas como las de clubes sociales y deportivos. Además de los agentes contaminantes como los productos químicos que se usan para “tratar” el agua, que también pueden causar irritaciones e infecciones.
Debido a todo eso, médicos de diversas especialidades del Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA, nos comparten algunas recomendaciones para piletear con cuidado y responsabilidad.
· Moderar el tiempo de permanencia en el agua: Un niño no debería pasar más de 20 o 30 minutos seguidos en la piscina.
· Descansar fuera del agua al menos 30 o 40 minutos antes de volver a nadar.
· No mojarse los oídos en la ducha y nunca lavar con jabón o champú el conducto auditivo.
· Ante otitis muy rebeldes, el médico puede recomendar el uso de tapones o soluciones que ayuden a restablecer el pH del conducto auditivo.
· No usar hisopos para limpiar el oído, pues el cerumen es su protección natural. Además, este hábito puede provocar lesiones en el conducto auditivo e incluso en el tímpano. Sólo se debe limpiar el pabellón auricular mejor conocido como la oreja.
· Consultar con un especialista si el niño se queja de picazón o dolor de oídos, especialmente si se ha expuesto a humedad excesiva o ha usado hisopos.
· Aplicar una o dos gotas de alcohol boricado en el lado afectado, mover la oreja de modo a ayudar el ingreso de las gotas y dejar actuar.
Otras alteraciones que aparecen en ésta temporada son la faringitis o faringoamigdalitis, que, debido al calor excesivo, se hace inevitable el consumo de bebidas muy frías y estas causan alguna irritación en la garganta. Así también los bruscos cambios de clima que cada vez son más comunes. Por supuesto, el uso del aire acondicionado produce un choque de calor a frío en las fosas nasales y garganta. En estos casos también se aconseja consulta médica, a fin de descartar otros tipos de infecciones más profundas.
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