Estilo de vidaTal vez uno de los impactos duraderos -aunque erróneos- del enfoque de “no pain, no gain” o “sin dolor, no hay ganancia” para el acondicionamiento físico, es que hizo que el placer pareciera algo que no deberías esperar de una buena sesión de sudor.
En verdad, los entrenamientos que nos empujan fuera de nuestra zona de confort también pueden hacernos sentir bien, como aumentar nuestra fuerza máxima. Y hay muchas pruebas de que el ejercicio de baja intensidad puede ser divertido y beneficioso.
Sin embargo, cuando se trata de la pregunta básica “¿deberían ser agradables los entrenamientos?”, los expertos en salud mental dicen que la respuesta es compleja.
En términos psicológicos simples, es mucho más probable que repitamos los estilos de movimiento que disfrutamos que los estilos de movimiento que odiamos, dice Evan Lawrence, entrenador personal a Good+Well.
“La percepción afecta todo. Si te gusta lo que haces, es más probable que lo vuelvas a hacer. Y dado que una de las principales formas de aprovechar al máximo el ejercicio es desarrollar la consistencia en torno a él, sin duda hay un beneficio al disfrutarlo”, dice.
La teoría de la autodeterminación
Los ejercicios que te hacen sentir bien juegan con la teoría de la autodeterminación, un marco para comprender la motivación humana creado por primera vez en 1985. “La teoría de la autodeterminación se basa en la idea de que la motivación proviene de tres cosas: competencia, autonomía y relación”, explica la consultora de rendimiento Saara Haapanen.
La competencia es la capacidad para realizar una actividad; la autonomía se refiere a la libertad para elegir esa actividad, y la relación significa la capacidad para realizar esa actividad en compañía de otros. Cuando tiene los tres componentes en un solo entorno de entrenamiento, tiene la motivación “trifecta”, según Haapanen.
Los entrenamientos dirigidos por estas tres cualidades también nos facilitan encontrar nuestro “por qué” para hacer ejercicio. Por ejemplo, tal vez vas a clases de baile porque te encantan los beneficios de la relación que obtenes al hacer un movimiento con tus amigos.
O tal vez te encanta salir a correr porque te hace sentir competente y autónomo en tu cuerpo. “El mejor entrenamiento que puedes hacer es el que vos disfrutas, porque vas a lograrlo. La motivación es algo que no necesariamente dura, así que tenes que saber el ‘por qué’ a lo que estás haciendo”, destaxa Haapanen.
Por supuesto, también hay algo que decir acerca de perseguir objetivos de acondicionamiento físico más elevados, como correr un maratón o escalar una gran montaña. En estos casos, Haapanen dice que realmente necesitas encontrar tu “por qué” para que cuando las cosas se pongan difíciles. Y aún podes buscar esas cualidades de autodeterminación: competencia, autonomía y relación en entrenamientos más exigentes físicamente.
Dicho esto, Lawrence señala que existe una investigación mínima cuando se trata de ejercicios que superan los límites de lo que puedes hacer. “Biológicamente, hay estudios que muestran que hay un beneficio al hacer ejercicio a ciertas intensidades [desafiantes], aunque no se ha establecido una relación dosis-respuesta, es decir, un ejercicio más intenso no necesariamente se correlaciona con un mayor beneficio”, dice.
Sin embargo, el sentimiento de lograr una gran meta encaja con otros sentimientos que cambian la vida, incluida una sensación de satisfacción y confianza en uno mismo que puede ayudar a impulsar metas futuras.
¿Cuál es el mejor entrenamiento?
En resumen... ¡es complicado! Como señalan Haapanen y Lawrence, el mejor entrenamiento es el que te hace volver una y otra vez. En última instancia, depende de vos cómo dividir tu régimen de ejercicio para que experimentes pura alegría y una satisfacción anticipada más complicada.
“Tomá decisiones en relación con tus objetivos. Si tenes un objetivo físico bastante específico, es posible que tengas que tomar decisiones que prioricen el aspecto biológico y no necesariamente el de disfrute”, dice Lawrence. “Sin embargo, si te mantenes saludable y practicas el cuidado personal, entonces hay más flexibilidad para encontrar un equilibrio entre los dos”.
