Hace tiempo que se vienen erradicando los inalcanzables estándares de belleza. Si el “body positive” invitaba a reflexionar sobre los estereotipos corporales que crecemos viendo. El “body neutrality” quiere desprenderse de la presión constante de enaltecer nuestro propio cuerpo.
Décadas atrás el foco estaba en tener el “cuerpo perfecto”. Las campañas publicitarias nos mostraban a personas esbeltas, sin un gramo de grasa, sin cicatrices ni estrías, y nos daban a entender de que si lográbamos esa forma y nos esforzábamos por lograr parecernos a lo que ellos catalogaban como “aceptable”, alcanzaríamos la felicidad y plenitud, incluso, que seríamos valoradas.
Tiempo después y gracias al movimiento #MeToo esto se empezó a cuestionar. Se abrió un nuevo abanico que planteaba la belleza desde la aceptación y de ahí nació el “body positive”, que además promueve el amor propio. Esto estuvo bien por un tiempo, hasta que el marketing metió mano y lo usó para nuevas campañas publicitarias.
Nuevamente la sociedad empezó a sentir presión de que no solo debemos aceptarnos tal cual somos, sino que también debemos amarnos, casi devotamente. Y mientras las campañas publicitarias explotaban esta filosofía nueva, apareció una nueva que puso en tela de juicio todo: la neutralidad corporal.
Muchas celebridades empezaron a promover la idea de dejar de lado las opiniones respecto al cuerpo, invitándonos a reflexionar a la idea de simplemente ser, sin ningún tipo de valoración física y sin la obligación de tener que amar nuestro cuerpo 24/7.
Una actriz y activista de este movimiento es Jameela Jamil, quien desde sus redes sociales comparte contenido hablando acerca de normalizar que no todo va a estar bien en nuestro cuerpo y que, sin embargo, eso no nos resta valor sino que ayuda a aceptar la diversidad y alimentar nuestro autoestima desde otros puntos de vista.
“Para mí, que sufro de dismorfia corporal, no tiene sentido pasar tiempo delante de un espejo intentando amar mi cuerpo. El tiempo que paso amando u odiando mi cuerpo es tiempo que dedico a pensar en lo que el patriarcado quiere que piense. Y yo quiero ser libre, estar liberada, así que no lo pienso en absoluto la mayoría de los días. Me miro en el espejo por la mañana una vez, y por la noche otra para quitarme el eyeliner, y me voy a dormir. Estoy decidida a dejar de negociar con mi apariencia”, dijo la actriz en una entrevista.
Otra activista es Tania Llasera: “Encuentro que el movimiento #bodypositive a veces puede ser algo tóxico para mí. No me gusta estar obligada a gustarme a cada segundo”.
Básicamente, el body neutrality nos invita a aceptar la diversidad, y que está bien amanecer un día, vernos al espejo y sentirnos diosas del Olimpo, pero que también está bien sentir lo contrario. No estamos obligadas todo el tiempo a gustarnos, pero sí desde la neutralidad vivir una vida sin presiones.
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