Durante la gestación el cuerpo de la mujer pasa por muchos cambios. Después de dar a luz, muchas mujeres desean ponerse en forma de vuelta, y una de las situaciones que las suele motivar es la flacidez abdominal, por eso te compartimos algunas recomendaciones.
En el embarazo, a medida que el bebé va creciendo la piel experimenta una distensión producida por el aumento del tejido adiposo y conjuntivo, luego del parto, cuando la mujer empieza a recuperarse, el organismo atraviesa trastornos que muchas veces dificulta que el cuerpo se normalice, según explica Offarm.
Una de las causas que influye es la diástasis de los rectos abdominales (DRA), que se puede dar durante el embarazo o después de dar a luz. Esto ocurre cuando se debilitan los tejidos que conectan los músculos del abdomen y generan una especie de abultamiento, pero nada que con fisioterapia no se puede recuperar como apunta una investigación difundida por BMJ Journal.
Otro factor es la actividad física. Si el embarazo no es de alto riesgo, no se aconseja el reposo absoluto y en este punto, no se puede pasar por alto la opinión del obstetra y mientras el especialista lo autorice, la actividad física será muy beneficiosa para la embarazada.
Ejercitarse durante esta etapa ayudará a que no haya un aumento desmedido de peso, paliará los dolores de espalda, favorecerá el sueño, la resistencia y fuerza; también reducirá la probabilidad de una cesárea. El ejercicio no solo promoverá un embarazo positivo, ya que si se mantiene un buen estado físico durante esta etapa, será más fácil recuperar el vientre después del parto.
La hidratación también juega un papel importante, ya que en la etapa postparto la flacidez se presenta por retención de líquidos. Beber al menos dos litros de agua por día disminuye la hinchazón del vientre. Otra forma de mantener el cuerpo hidratado y tonificar la musculatura es usando cremas y aceites con propiedades que reestructuren la piel. Podes incluir masajes con aceite de karité, jojoba, coco, argán que estimulan la creación de colágeno y elastina, además de ser ricos en vitaminas que devuelven la elasticidad a la dermis.
Amamantar no solo le brinda al bebé los primeros nutrientes que necesita también ayuda a la mamá. Cuando una mujer le da el pecho a su bebé le provee electrolitos y sustancias nutricionales a través de la leche, todo este proceso ayuda a bajar de peso y disminuye la distensión de la zona media, según explica La Guía de Cuidados del Recién Nacido Jhonson’s.
Por último, la actividad física postparto juega un rol fundamental en la recuperación. Durante la primera etapa se pueden realizar caminatas durante, al menos, 20 minutos. Esto favorecerá la eliminación de retención de líquidos y a bajar de peso, a medida que pase el tiempo se puede ir incrementando de a poco la intensidad.
El yoga y pilates también son buenas opciones. Las posturas y las respiraciones profundas que se realizan durante estas actividades ayudan a corregir la postura, fortalecer el cuerpo, liberar las tensiones y moldear la figura, además de ser ejercicios de bajo impacto.
Otra actividad recomendada son los abdominales hipopresivos, están basados en posturas y la apnea respiratoria, además de reducir el abdomen también favorecen la recuperación del suelo pélvico. Todos estos métodos se pueden combinar para tener el resultado esperado, pero es muy importante tener paciencia y ser constantes, además de incluir una alimentación adecuada y rica en vitaminas y minerales.
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