Los episodios de nerviosismo y estrés que causas muy diferentes, pero entre ellas también aparecen la dificultad para expresar emociones y pensamientos. Un buen modo de canalizarlos, y también recibir otros beneficios saludables, es a través de la terapia del arte.
El arte siempre estuvo presente a lo largo de la historia de la humanidad, incluso antes de que apareciera el lenguaje verbal. Podemos encontrar desde tiempos de las cavernas expresiones artísticas a través de dibujos en murales y cuevas que representaban sus modos de vida.
Desde entonces, es una herramienta para que las personas se expresen, conecten con su ser y plasmen sus sentimientos. Tiempo después, durante la Antigüedad Clásica se descubrieron las propiedades terapéuticas del arte y los beneficios de practicarlo para conseguir el equilibrio general y la elevación de la consciencia.
Llegando al siglo XIX un grupo de psiquiatras empezó a interesarse por las producciones plásticas en pacientes con trastornos mentales. Fue ahí cuando Hans Prinzhorn, un psiquiatra vienés, consideró que la motivación creativa es básica en la especie humana y que alberga el potencial de la autosanación.
Para el siglo XX la arteterapia se institucionalizó como profesión, se tomó como referencia dos escuelas de pensamientos: el psicoanálisis y la educación artística. Para 1940 ya se empezó a practicar basándose en los resultados terapéuticos de la actividad creadora, por eso, se considera que los padres de la arteterapia son Jung, Freud y Steiner.
Si bien empezó como una herramienta terapéutica, en la actualidad sus fines se ampliaron bastante. Utilizar el arte como fuente de desahogo o expresión nos puede ayudar en nuestro autoconocimiento, desarrollar habilidades creativas, percepción, incluso intuición.
Muchos especialistas la implementan para abarcar áreas en las que la terapia verbal no llega y otros la utilizan para tratamientos relacionados al estrés, la ansiedad o la fibromialgia, así como también los trastornos alimenticios.
Entre todos los beneficios anteriormente nombrados, practicar algún tipo de arte nos ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, mejora los síntomas del déficit de atención e hiperactividad, favorece el tratamiento de fobias, y aumenta la seguridad y autoestima en la persona.
Hay muchísimas formas de artes para alcanzar el bienestar con una actividad, se puede optar por el dibujo, la puntura, la escultura, la música, la danza, el teatro, incluso el deporte como medio de expresión, esto ya es algo más vinculado con el gusto personal de cada persona.
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