Es muy popular para combatir ciertas afecciones de la garganta y problemas bucodentales, también para fortalecer el sistema inmune gracias a su contenido de hierro y vitamina C, pero ¿sabías que tiene muchas bondades para el cabello?
Entre los compuestos nutricionales de esta fruta y sus hojas se destaca la presencia de carotenoides y flavonoides que actúan como antioxidantes y protegen al organismo de los radicales libres. También posee vitaminas A, del grupo B y C, además de importantes minerales como el calcio, magnesio, potasio, fósforo, sodio, zinc, selenio y cobre.
Estas características la vuelven una excelente aliada en cuando al cuidado del cabello y la piel. Sus vitaminas favorecen el crecimiento sano y fuerte de las fibras capilares y evitan la perdida prematura de los mismos.
También sirve para tratar el cuero cabelludo graso porque disminuye la concentración de lípidos y al ser astringente y antimicrobiana puede ayudar a tratar los problemas de caspa. Su aporte de vitamina B5 retrasa la aparición de canas y también contribuye a la regeneración capilar.
Si el cabello está frágil y opaco también puede ser tratado con estas hojas, ya que al contener ácido fólico y vitamina B7 estimula la producción de ácidos grasos dentro de las células y nutre la melena desde la raíz hasta las puntas.
Por otro lado, si el cabello está maltratado por el uso de secador, planchita, cloro o los rayos solares, la vitamina B2 que contiene favorece su restauración y evita que las puntas se abran. Lo mejor de todo es que su uso es sencillo y puede ser cotidiano.
Para emplearlo, solo necesitas 1 litro de agua y un puñado de hojas de guayaba. Basta que lo hiervas, dejes enfriar a temperatura ambiente, para después colarlo y aplicarlo directamente sobre el cuero cabelludo y la melena al finalizar tu lavado habitual. También podes ayudarte con un pulverizador para distribuirlo y no necesita ser enjuagado.
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