Llegan los días más agradables del año y queremos estar al aire libre en familia. Así como disfrutamos de relajarnos en lugares naturales, a los más peques les encanta explorar y jugar, pero ¿sabías que ellos necesitan más cuidados preventivos con el sol?
“Se sabe que la mayor exposición solar en los humanos sucede en los primeros años de vida, es cuando estamos más en parques, piscinas o el patio de la escuela. Esta exposición solar, si no se toman los recaudos necesarios, se convierte en un daño acumulativo cuyas consecuencias las veremos en la edad adulta”, explica Fernanda Ivaldi, especialista en Cosmetología, Cosmiatra, Técnica en tratamientos capilares, Maquilladora, Asesora de imagen y Nutricionista.
La profesional agrega que la piel de los niños es diferente a la de los adultos y sus características la vuelven mucho más suceptibles a los rayos solares. “La epidermis es más delgada, de menor densidad de fibras de colágeno, menos producción de melanina y mayor pérdida de agua transpidérmica”.
Si bien, vale aclarar que tampoco es que el sol sea un villano en esta historia, también brinda beneficios como la vitamina D, fundamental para fijar el calcio en los huesos, el crecimiento regular y saludable de las personas; ya que ayuda a mejorar el estado de ánimo, pero para esto es necesario aplicar ciertos cuidados.
“En el caso de los bebés con menos de seis meses de edad, lo ideal es evitar la exposición directa, utilizar sombrero y ropa especial que los proteja del sol, luego de los seis meses la aplicación de protector solar es fundamental”, puntualiza Ivaldi.
Fernanda recomienda utilizar fotoprotectores minerales con SPF mínimo de 30, ya que no se absorben en la piel y su composición no producen alergias, entre ellos pueden ser de óxido de zinc o dióxido de titanio. También que los niños deben usar sombrero, ropa protectora y lentes de sol.
“Hay que aplicar protector cada 2 a 3 horas y evitar la exposición entre las 10 am y las 15:00 hs, vale aclarar que estos cuidados también son necesarios durante los días nublados, ya que hasta el 80% de los rayos ultravioleta del sol pueden atravesar las nubes”, sugiere.
Otro dato importante que brinda la especialista, y que suele ser un error frecuente, es utilizar un mismo protector solar para el rostro y el cuerpo. “El rostro tiene necesidades distintas a las del cuerpo por lo tanto requiere un protector con cualidades específicas para cada uno, además, generalmente el que es para el cuerpo es más pesado”.
Esto aplica tanto para niños y adultos, y en el caso de los mayores, lo ideal es buscar un protector solar que se ajuste a las necesidades de la piel del rostro. “Existen protectores solares para pieles acneicas, con rosácea, pieles alérgicas, para mejorar el melasma al mismo tiempo que trabaja la protección solar, protectores solares antiedad, con antioxidantes”, ennumera Fernanda y finaliza sugiriendo siempre la consulta con un especialista ante cualquier duda.
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