Estilo de vidaEn el mundo del deporte y la actividad física siempre se habla de estos dos tipos de entrenamientos. Por eso te contamos de qué se trata cada uno y cómo sacarle el mejor provecho.
“Tenes que hacer aeróbico para bajar de peso”, “tenes que hacer aeróbico para tener más estado físico”, muchas veces se menciona este tipo de entrenamiento, pero sin acompañarlo de una explicación clara.
Los ejercicios aeróbicos se tratan de una práctica deportiva de mediana y alta intensidad que tiene una duración prolongada. La idea es que el organismo queme la energía que produce mediante los hidratos de carbono y las reservas grasas.
Las prácticas aeróbicas más conocidas son: el baile, correr, nadar, andar en bici. Cuando se realiza este tipo de entrenamiento suben las pulsaciones, trabajan tanto el corazón como los pulmones y el sistema cardiovascular se ve fortalecido.
También mejora la capacidad respiratoria, se regula la presión arterial, hay una reducción de lípidos y colesterol malo, se regula el estrés y la tensión, a la vez que se eliminan las toxinas y se promueve la pérdida de peso.
¿Y con los ejercicios anaeróbicos?
Estos son los menos nombrados por su nombre, pero a los cuales siempre se recurre cuando se habla de la importancia de construir masa muscular.
Básicamente se centran en fortalecer y tonificar los músculos y las articulaciones. Los especialistas recomiendan que para tener mejores resultados se deben combinar tanto ejercicios aeróbicos con anaeróbicos.
¿Cuáles son estos ejercicios? Rutina de pesas, hiits, crossfit; también realizar abdominales, sentadillas y flexiones de brazos. Estos ejercicios aceleran el metabolismo y aumentan la masa muscular, esto deriva en principio a la pérdida de grasa corporal. Eso sí, son entrenamientos más cortos y de alta intensidad.
Además de perder peso, este tipo de entrenamiento fortalece músculos, articulaciones y huesos, acelera el metabolismo y moldea el cuerpo.
En conclusión, ambos se diferencian en que los anaeróbicos son de poca duración, pero de alta intensidad y los aeróbicos son a la inversa, de poca intensidad y larga duración. Dependiendo de cuál sea el objetivo, se puede elegir uno u otro, pero los especialistas siempre recomiendan realizar rutinas con ambos.
