Si bien están más visibilizados los efectos del estrés a nivel físico y mental, no siempre se está al tanto de los efectos que tiene sobre la salud bucodental. Te compartimos de las señales para identificarlas.
Cuando aumentan los niveles de cortisol, hormona vinculada al estrés, se genera un estado de alerta en la persona. Esto, en los niveles moderados, puede ser productivo porque la persona puede resolver diferentes situaciones de manera eficiente y creativa, el problema está cuando esto se mantiene en el tiempo porque empiezan las afecciones físicas.
Los síntomas más conocidos son: el insomnio, problemas estomacales, dolores de cabeza, inquietud, ansiedad, fatiga, tristeza o depresión, irritabilidad, cambios en el comportamiento y adquirir hábitos pocos saludables como beber alcohol en exceso o alimentarse demás; también se siente tensión y dolor muscular.
Por otro lado, en la salud oral se puede sentir al principio molestias en la mandíbula, dolor alrededor de las ojeras, o la cara. A largo plazo esto puede empeorar y derivar a:
-Bruxismo, es decir, apretar o rechinar los dientes. Si bien está vinculado a un trastorno del sueño, la persona puede hacer esto de forma inconsciente también durante el día. Además de agravar las molestias en la mandíbula y los dolores de cabeza, puede deteriorar las piezas dentales.

-Higiene oral deficiente. Como existe un cambio de comportamiento, sumado a la ansiedad que generan diferentes situaciones, la persona puede olvidar mantener una buena higiene. Si esto se prolonga en el tiempo se generan enfermedades en las encías y se desarrollan caries.
-Aftas bucales. El estrés tiene un impacto directo en el sistema inmune, incluso puede haber una deficiencia de vitamina B. Varios estudios apuntan que esta es una de las causas más comunes que generan aftas.
¿Cómo prevenir los efectos del estrés en la dentadura?
Existen múltiples maneras de gestionar los problemas de estrés, lo principal es identificar la causa para implementar hábitos que ayuden a disminuir los niveles de cortisol. Para esto se puede buscar ayuda profesional y realizar algunos cambios en la rutina, por ejemplo: se puede realizar actividad física para liberar tensiones y ayudar al cuerpo a producir endorfinas y serotonina, hormonas responsables del bienestar.
Si se está padeciendo problemas en la salud bucal, es importante acudir a un dentista para que realice el diagnóstico y tratamiento correspondiente. En el caso de bruxismo, el odontólogo puede proveer un protector bucal para usar durante la noche.
También es importante prestar atención a los hábitos, mantener una buena higiene, no consumir tabaco y alcohol, porque empeoran los síntomas. Si hay molestias en la mandíbula, cuello, y sienes, se pueden realizar masajes y hay que evitar los alimentos duros o crujientes.

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