En esta nueva edición de Poderosas con Marilé Unger, la invitada fue una de nuestras representantes y medallistas de oro en los Juegos Odesur. En una charla amena contó de su trayectoria y cómo vivió el Suramericano compitiendo “en casa”.
Ale Alonso tiene una carrera deportiva brillante. Desde su debut en remo ganó varias preseas para nuestro país, representó a Paraguay en Tokio 2020 y en los últimos Juegos Odesur Asu 2022, alzó nuestra bandera en lo alto del podio y también conquistó dos medallas de plata.
Ale arranca compartiendo que siempre fue muy activa, desde pequeña. Cuando sus compañeras de colegio elegían “quedarse tranquilas”, ella jugaba con sus compañeros y, en cierto modo, siempre se sintió un poco “fuera del grupo”. Probó varios deportes, entre ellos también el remo, pero no fue algo que la atrapó desde el día 1.
“El remo siempre estuvo presente en mi familia. Mi papá, mis tíos, incluso mi mamá en su época remó. Estuvo siempre en mi inconsciente cuando era chica, mi papá me llevaba a las carreras y siempre insistiéndome para que reme”. Y Ale agrega que probó tres veces este deporte y que “la tercera fue la vencida, pero no es tampoco que me enganché de lleno, sino que fue algo progresivo”.
La deportista recuerda que a la par del remo, probó otros deportes explicando que sentía que siempre se quedaba corta. Hasta que un día su profesora de educación física le dijo que se dedique de lleno al remo, porque tenía más futuro y era una disciplina donde no era necesario formar equipo.
Tiempo después le llegó el verdadero “enganche”. “Cuando tenía 16 años, en el 2013, la Federación estaba llevando a cabo un proceso de selección para juveniles. Un compañero y yo fuimos seleccionados para irnos a un campamento de entrenamiento en Sevilla, España. Ahí fue un mes de entrenamiento donde era: comer, dormir y respirar remo todo el día. Estuvimos en uno de los centros de alto rendimiento más conocidos de España y esa exposición a lo que era el remo de élite fue lo que hizo que me picara el bichito por el remo”.
Luego de eso, Ale ya estaba decidida a que ese era el estilo de vida que quería tener y el objetivo continúa siendo el mismo hasta hoy en día: ir para arriba. “Justamente unos meses después fue mi primera competencia, eran los primeros Juegos Odesur de la juventud en Perú, y también era mi primera competencia internacional representando a Paraguay. Gané la primera edición de entrada”, comenta emocionada.
Foto: Alexis Carpio
La experiencia Odesur, Asu 2022
La atleta explica que la preparación para el Odesur fue bastante intensa, fueron 10 meses de preparación y enfoque para llegar al objetivo. “Los entrenadores nos dieron con un palo, para no decir otra cosa”, expresa de forma simpática.
“Esos últimos dos meses fueron bastantes intensos. Tuvimos dos concentraciones en la ciudad de Encarnación como equipo, ahí fue donde realmente nos dieron la exprimida porque entrenábamos de 3 a 4 sesiones diarias”.
La rutina de Ale -y de los otros atletas- fue súper extensa. “Empezábamos a la mañana temprano, a eso de las 7, 7:15 am ya estábamos en el agua, remábamos hasta las 10 am mas o menos, después nos íbamos al hotel a agarrar las bicicletas y hacíamos ciclismo durante una hora o 90 minutos por la costanera de Encarnación. Después almorzábamos, teníamos una pequeña siesta y a la tarde pesas y remo o viceversa. Terminábamos a las 19hs, cenábamos y a mimir. Así todos los días”.
La preparación física para este deporte es muy exigente y Ale opina que la parte más importante es la preparación mental, pero también la de todo el cuerpo. “Se tiene que buscar un balance, porque nosotros usamos todo, piernas, tronco y brazos. Si yo me mato haciendo piernas pero no tengo un buen tronco y tampoco buenos brazos, no voy a poder transferir lo que estoy haciendo con las piernas”, explica.
Ale confiesa que su manera de lidiar con el cansancio es: haciendo. “Llega un punto en el que mentalmente ya no siento nada, ya me voy nomás, por inercia. Antes de ser atleta sos una persona, pero llega un punto en el que te olvidas de eso y solo importa el objetivo”.
Competir en casa
“Ya pasó un mes y todavía no termino de caer”, expresa con emoción y agrega que trata de no creérsela, de mantener los pies en el suelo y enfocarse en el próximo objetivo que es clasificar a los Juegos Panamericanos Santiago 2023.
El Odesur fue una experiencia maravillosa para Ale. “Fue algo muy bueno y más para nosotros, ver que nuestro deporte está siendo reconocido, está siendo visible. Yo competí un miércoles a las 9:30 de la mañana y ver que la gente se acercaba al puerto a mirar, no sé, fue algo increíble”, expresa.
La campeona opina que los Juegos Odesur fueron de las mejores cosas que le sucedieron a nuestro país este año. “Cada Juego Olímpico tiene su eslogan, por ejemplo, en Londres 2012 fue ‘ser la inspiración’, y es algo que queda, más aún en el país anfitrión. Yo creo que el Odesur es un antes y un después en nuestro país, no solo a nivel deportivo, sino a nivel cultural. Es entender que el deporte ya no es solamente un hobbie sino una industria que puede hacer una inyección económica y también formar a las personas”, afirma con convicción.
Ale tiene ahora todas sus energías puestas en los próximos Juegos Panamericanos que se harán en Santiago de Chile el año que viene y, también, clasificar a los próximos Juegos Olímpicos. Está bien claro para ella que “el camino no es fácil, pero vale la pena”.
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