Cuando una persona tiene un talento, una característica o algo que la hace destacar, pueden suceder dos cosas: habrá quienes la admiren, respeten y tomen como inspiración, o estarán quienes sin razón aparente, la detestarán y criticarán.
Esta situación se puede dar en diferentes círculos sociales, incluyendo grupos de trabajo, vínculos de amistades y familiares. La persona “marginada” por sus talentos solo necesita tener algo que los demás vean como una “amenaza o competencia”.
Esto puede ser alguna característica física, una personalidad magnética, un perfil de liderazgo, talento, incluso el simple hecho de mantener un buen trato y humor con los demás. Aunque parezca algo simple y sin sentido, puede despertar una emoción altamente negativa en otras personas.
Algunas pueden recibir estos ataques y no dar importancia, otras pueden sentirse mal, menospreciadas y hasta atacadas. A veces simplemente se entiende que no hay feeling con cierta persona o grupo, pero en otros escenarios se puede dar hasta situaciones de acoso.
¿Cómo identificar indicios?
En un principio, las conductas de bullying pueden ser sutiles y encubiertas, pero con el paso del tiempo pueden empeorar. Entre ellas puede suceder:
- Críticas de todo tipo, cualquier excusa es perfecta para buscar algo negativo y dar una mala imagen a otros que no conocen a la persona acusada.
- Pueden mentir, inventar historias o exagerar otras para que la persona quede mal ante los demás.
- Apenas haya un motivo de burla, es aprovechado.
- Les restan importancia a los logros y progresos.
- Utilizan mucho el sarcasmo pasivo agresivo.
¿Por qué hay gente que ataca a otras y cuáles son los motivos?
Hay una teoría de que las personas heridas, hieren. Los vínculos son complejos y normalmente la presencia de alguien puede activar las emociones del otro. Si una persona destaca en algo que otra no logró, y a eso le sumamos diferentes problemas emocionales y pensamientos limitantes, baja autoestima y demás, estaremos frente a un posible acosador.
Como no encuentran la fórmula para ser quienes desean ser, quieren achacar a quienes poseen características que ellos desean para aliviar la inseguridad y falta de control.
¿Qué se puede hacer?
Solo se tiene dominio de las acciones propias, no se puede controlar la voluntad ajena. Es importante ser consciente de eso, entender qué es lo que pasa, por qué el otro o los demás son hostiles, y evitar que la situación genere cambios en una misma.
Tal vez el primer impulso sea la confrontación o poner límites, pero en pocas ocasiones esto da resultados. Lo mejor es ser una misma, evitar gastar energía en quienes buscan perjudicar y alejarse.

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